El presidente de los Colegios Médicos de España ha presentado un listado con 19 recomendaciones para que los profesionales de la Sanidad aprendan a comunicar las malas noticias a sus pacientes. Se trata de valorar la psicología del enfermo, y de decidir qué cantidad de información y en qué momento se le puede dar. Se refieren, claro, a las malas noticias, porque las buenas no necesitan mucho envoltorio.
Si los políticos y los sindicalistas hubiesen leído y adaptado esa normativa médica, hoy no estarían tan titubeantes ni tan contradictorios a la hora de analizar, ante los españolitos, la jornada de huelga de ayer. Unos dicen que fue un éxito, otros que un fracaso; unos dicen que se produjo un seguimiento multitudinario, y otros que fue la ceremonia de la confusión o la crónica de una muerte anunciada. ¿Con qué nos quedamos? Pensemos que lo importante de la protesta de ayer comienza hoy: cuando el Gobierno rectifique o mantenga sus políticas sociales, con el escaso margen de maniobra que le dan las circunstancias económicas.
Pero lo cierto es que hay vida más allá de la huelga de ayer, y que hoy los mineros sienten cierto alivio porque la Comisión Europea ha aprobado el plan español de ayudas al carbón aunque, tal como se temía, esas subvenciones terminarán en el año 2014, que no es “el año de la pera” sino que está ahí mismo, a la vuelta de la esquina… ¿Qué haría un médico al dar esta noticia a sus pacientes y sufridos mineros? ¿Sonreír? ¿Resignarse? ¿Apelar a que “ganar tiempo” siempre es ganar futuro? O, en fin, ¿decir que todo es provisional y pasajero, así lo bueno como lo malo…?
Y permítanme que me refiera a una noticia relacionada con mi Bierzo del alma, que ha visto frustradas sus aspiraciones a convertirse en sede del campeonato mundial de ciclismo. En Ponferrada se había preparado con mucho afán la candidatura, pero al final Florencia se llevó el gato al agua. Ánimo, paisanos, que a veces es más importante la carrera que la meta, y lo habéis hecho muy bien.
Si (
No(
