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Feria de Otoño. Noble encierro de 'cuvillos'

Las Ventas: Talavante emociona, El Cid y Oliva suspenden

Las Ventas: Talavante emociona, El Cid y Oliva suspenden

viernes 01 de octubre de 2010, 13:42h
La factoría 'Cuvillo, SA' preparó seis de sus ejemplares noblones y posmodernos, tan del gusto de las figuras,en la primera corrida de la Feria de Otoño. Pero sólo la entrega seca y valerosa de Talavante se salvó. Porque ni un Cid dubitativo ni un Oliva Soto escaso de ambición dieron la talla.
Flojo inicio del ciclo otoñal, casi tanto como las ajustadas fuerzas del encierro de Núñez del Cuvillo, que sin ser un dechado de casta, ofreció opciones a la terna para destacar.Y sólo Talavante la aprovechó, a medias, eso sí. Porque, con una especie de rabia novilleril aportó con su quietud y valor la emoción de que carecían los bicornes.Mayormente en el tercero, en el que, además, lejos del rutinario toreo habitual en él y en todo el escalafón, excepto a veces Morante, el extremeño le echó un puñado de imaginación.

Siempre sobre la base de la firmeza, Talavante se adornó con trincherillas, pases de la firma, cambios de mano y unas bernadinas finales de escalofrío con los pitones rozándole los alamares. En el toreo fundamental, por naturales y redondos, hubo menos calidad pero sí la suficiente para cortar una oreja de peso bajo los ecos calientes del cotarro. Pero tras pinchazo y estocada recibiendo necesitó de dos golpes de verduguillo.

Pasó a la enfermería por una leve herida en la mano izquierda y salió a matar su otro enemigo -lidiado en sexto lugar tras correrse turno- con idénticas ideas, tragando más que una legión de hambrientos e iniciando su labor en el platillo, al natural y dándole distancia. Pero el burel se acabó pronto, y Talavante, que esta vez no marró a espadas, aprobó con ligera nota el examen de Otoño. 

Porque anduvo por encima de la condición de sus dos enemigos, lo que no aconteció ni con Manuel Jesús 'El Cid' ni con Oliva Soto, que confirmaba alternativa en su sustitución del lesionado Manzanares. No hay mucha disculpa para el primero, que sufrió la falta de transmisión de su lote pero tampoco fue aquél Campeador que tantas veces conquistara Las Ventas, pasando esta vez, con más pena que gloria cual ya ocurrió en el último San Isidro.

Pero menos la tiene el segundo, favorecido con los dos bicornes menos posmodernos y olé; o sea, con un punto de embestida encastada en la muleta que desaprovechó en cantidades industriales. Si en de la ceremonia, apunto algún bello trazo suelto de enjundiosa clase, con el otro se empleó, él sí, en plan posmoderno: suerte descargada, pico a mansalva y muletazos periféricos. Oliva Soto tuvo, quizás, un cortijo en sus manos y no se adueñó, como en el ruedo venteño, ni de un palmo de tierra.

FICHA DEL FESTEJO

Toros de NÚÑEZ DEL CUVILLO, bien presentados aunque desiguales, noblotes y manejables, con 1º y 5º codiciosos; todos justos de fuerzas. EL CID: silencio y silencio tras aviso. ALEJANDRO TALAVANTE: gran ovación tras aviso y silencio tras aviso. OLIVA SOTO, que confirmaba alternativa: silencio y silencio tras aviso. Plaza de Las Ventas, 1 de octubre. 2ª de la Feria de Otoño. Casi lleno.  
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