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Incontestables triunfos en el Gran Criterium y Memorial

Volcánico y Karluv Most cambiaron los papeles a Clunia y Plantagenet

Volcánico y Karluv Most cambiaron los papeles a Clunia y Plantagenet

domingo 17 de octubre de 2010, 17:08h
El Hipódromo de La Zarzuela vivió su gran día de la temporada de otoño con la disputa del Gran Criterium, que coronó a Volcánico, y el Memorial Duque de Toledo, que sirvió para que Karluv Most volviera a demostrar, como ya hiciera en el Gran Premio de Madrid, que es el mejor caballo de edad en nuestro turf. Clunia y Plantagenet, los dos grandes favoritos, no pudieron con sus enemigos ni con las tácticas en dos carreras cuyos ritmos fueron algo más que selectivos.

“Señor, señor, no se levante que no ve la niña”. Escuchar esto justo cuando Speed Emperor enfilaba la recta final en la cuarta carrera, me hizo comprender de inmediato que estábamos en un día especial en el Hipódromo. Un día en el que los de siempre se mezclaban con gente que llegaba por vez primera a esto de los caballos y que, sin reparo, pueden afirmar, sin sonrojarse, semejante gilipollez en una abarrotada tribuna de Preferencia. Pero, tanto nos quejamos los habituales de que vivimos el canto del cisne, que bienvenidos sean los que por desconocimiento comenten tal tropelía. Lo bueno fue verles en la siguiente carrera en la primera fila de la tribuna para ver sentaditos la exhibición de Karluv Most. Si el que no aprende…  

Valga esta anécdota para comenzar una crónica de un día grande en Madrid, donde por fin los acontecimientos externos favorecieron a esto de los caballos. Sin motos, sin coches por televisión, sin Madrid ni Atlético por la tarde y con un día otoñal espléndido sólo quedaba pasarse por el Hipódromo como mejor opción. La iniciativa en Marca de regalar una entrada debió funcionar porque lo dicho, en el Hipódromo no cabía un alfiler, aunque a mí eso no me perturbo mi quehacer habitual. De algo nos debe servir tantas carreras en los prismáticos. Y las seis de ayer las deguste desde el primero al último metro, aparte de encontrarme con algunos aficionados a los que no veía desde hace tiempo.  

Me contaron muchos chismes. Y por cierto los hay de todo tipo en el HIpódromo y todos con el denominador común del pesimismo y lo mal que lo hacen los responsables de La Zarzuela . Y lo que no es un chisme, sino que parece una confirmación es que se van a atrever a suprimir la sexta carrera para la próxima temporada. No está decidido pero sí encaminado. Hagan algo.  

Y como lo que tengo que hacer yo es contar lo que pasó en la pista pongámonos manos a la obra. Mi fe en los pronósticos en Muñeca Brava, espléndida en el paseillo, se diluyó como un azucarillo ante los muchos comentarios que me llevaban a Casaca. Pobre de mí. No aprenderé nunca. Ganó la pensionista de Roberto López (es una gran yegua) en una carrera de punta a punta en donde Casaca ni apareció por los puestos de honor, ya que a la hora de cambiar de ritmo nadie saltó a por la conductora. Libia, segunda toda la carrera, pudo aguantar ser la escolta ante los tímidos ataques de Persian Lake y Bética, que hicieron buena su honradez para sumar euros.  

En la segunda, todavía no había digerido mi falta de fe en mí mismo, por lo que me subí en Sweet Saratoga para dejar mis euros en la causa (soy un honrado aficionado) y ver  como Martínez desistía con ella a la entrada de la recta. El Guaje, con un apunte previo, confirmó que tenía un descargo ganador ante Nuchita. La yegua de la cuadra Tukana le debió costar a alguien un pastón, porque sin tener un solo voto en el malísimamente llamado cuadro de medios de comunicación, su ganador pagaba un irrisorio 4 a 1. Lo certifiqué en el momento previo a la carrera, cuando se habían jugado a esa apuesta poco más de 2.000 euros, en una jornada en la que con muchísimo público se superó por poco los 200.000 euros jugados en apuestas. Pero no nos despistemos. Espero, por el bien de ese apostante, que se hubiera jugado el trío de Nuchita con todos. Fue lo que más pagó de la mañana (11.244 euros). Se me olvidaba la yegua, con la monta de Marcos Carmena y 62 kilazos fue segunda. Para que luego digan que no se ‘preparan’ carreras.  

Quién había preparado una carrera a la perfección era Francisco Rodríguez con Volcánico. Me explico. El caballo es muy bueno, pero la carrera y el ritmo impuesto por su compañero de patio, que no de colores, Secretside le vino a la perfección para ganar por potencia y clase una carrera, en la que falló Clunia. La invicta en España no pudo con los machos ni con el ritmo de carrera. Quedó tercera ante el sostenido ataque de El Incendio. En esta carrera, que sirve muy bien para valorar el nivel de los dos años, tienen excusa Tirion, muy sudado en el paseillo, y S Grillo, otro gran perjudicado de la escapada de Secretside. Por cierto el comentario de su preparador en la revista es cojonudo. “No es caballo para ir delante”. No hace falta decir nada más.

La verdad que ver el rostro perplejo de la niña tras de mí en la cuarta carrera me impidió deleitarme en Saphyra. Me agradó, no obstante, como ganó la yegua, pero me hubiera gustado ver a Huayas sobre Whoswhitya o que Nieves García hubiera sacado el mismo genio que la madre de la niña encima de la pensionista de José Luis Pérez. No obstante Saphyra se merecía ganar y también Santi Martín. A este jockey, uno de los marcados por los comisarios, la victoria le costó una multa de 100 euros por uso excesivo del látigo. En esta carrera Speed Emperor, que en su anterior iba descolgado, hizo todo el gasto en punta para desaparecer en la recta. Y es que ya lo dicen algunos. Hay que probar de todo.  

Y para probaturas lo que ocurrió en el Memorial Duque de Toledo. Pongámonos de pié. Hablemos de Karluv Most. Se merece todos los honores por más que no sea un caballo de los que conectan a la primera con la grada. Ganar Gran Premio de Madrid y Memorial Duque de Toledo lo habían hecho, entre otros, Rheffissimo, El Señor y Casualidad. Y esta mañana sumen a Karluv Most. Y lo ha hecho contra todo y todos. Y con un jockey como Jeremy Crocquevieille (que se podría apellidar López por tanto que lo escribo) que confirma una calidad excepcional también en los Grandes Premios. ¿Y Plantagenet? Los aplausos, tímidos y muy localizados, que recibió de sus incondicionales a su vuelta a balanzas (soy de los antiguos) me supieron a justicia. El caballo regresó ‘muerto’ y pagó su exhibición en la preparatoria y las loas que sobre él han vertido los ‘entendidos’ en estas últimas dos semanas. ¿Por qué? Muy sencillo tanto Carmanor como Smartside hicieron labores de pacemakers para tratar de reventar al tres años e impedir que en la recta apareciese su cambio de velocidad. Los responsables de Entre Copas y Señor Miranda tenían claro que su opción para ganar era endurecer al máximo la carrera, aunque beneficiaran a un tercero como Karluv Most, al que no veían tan rival como a Plantagenet. Dicho y hecho. Además Osorio sorprendió con la escapada de Carmanor, un caballo con un límite por descubrir que se creció en punta y que aguantó hasta la meta. No sé si su labor sería esa o endurecer la carrera para Entre Copas, pero lo que está claro es que nadie le esperaba en la llegada y firmó el segundo puesto. Señor Miranda, con un cambio de estrategia bestial, volvió a demostrar que es un enorme caballo y que si bien no ha ganado ninguna de las grandes es un fijo en las llegadas. Hubo un momento en la recta que parecía poder ganar, pero luego también pagó el ritmo y no pudo robarle la plata al del Duque.  

De esta carrera se pueden sacar muchas conclusiones. La primera es que Karluv Most es un digno ganador y el mejor caballo del Hipódromo. Pertenece a un entorno modesto pero han sabido dar con el jockey que más carreras ha ganado y ahora mismo forman un binomio que merecería probar suerte en el fondo del país vecino. La segunda es que Plantagenet ha fallado, pero todo buen escribano echa un borrón, y que habrá que verle en un futuro el año próximo, aunque sus rivales ya saben como evitar su letal cambio de velocidad. Y la tercera es que Señor Miranda vuelve a ser ese caballo regular que encuentra siempre alguien que le bate y que salva a su generación, que si bien en los handicaps sigue ganando guerras, ha perdido en las grandes batallas del otoño. No  escribiré que es una mala generación, pero sus gallitos han desafinado en las pruebas magnas y eso debe significar que buena, muy buena, tampoco lo es.  

Y para terminar, ya que hablamos de duelos intergeneracionales, Prisca Vivaz lejos de peinar a todos en la última ni apareció por el trío. Impidió un triplete de José Luis Martínez que tuvo que ver a especialistas como Cadeux Real y la doble representación de Los Toneles, Alternative y We’ll Confer, conformar un trío que cerró una jornada grande en la pista y muy diferente para los habituales. Tanto que para abandonar el Hipódromo nos tiramos más de media hora porque, quizá al mismo que ha pensado lo de suprimir la sexta carrera, se le ocurrió dirigir todo el tráfico por una única salida. Lo dicho. Son lo que son. Seguro que la niña llegó tarde a comer y sin ver la recta de la cuarta…  No quiero pensar como estaría esa madre. Esa no vuelve.

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