Castellers con los pies en el suelo

Realmente, la catalanidad no ha sabido vender sus tradiciones como sí han hecho otros. Y algunas manifestaciones ancestrales catalanas, desde luego, podrían ser muy atractivas incluso para los mercados internacionales y sin que la sangre medie en el fenómeno. Hablamos, por ejemplo, de los 'castellers': esas torres humanamente identificadas con una nación -versión Cataluña sur bajando, que para algo han sido estas comarcas las 'alma mater' del fenómeno: sobre todo en Valls- que fascinan a cuantos visitan nuestro país. Este martes, en una entrevista en uno de los diarios de mayor difusión en el país, se nos sugería, por enésima vez, el potencial que podría tener esta manifestación artístico-deportiva si se supiera proyectar bien. Fascinados por el arte tienen cabida; espíritus competitivos, tal vez aún más. Si Cataluña hubiera sabido proyectar bien este aspecto tradicional autóctono, tal vez hoy en día estaríamos hablando de un fenómeno mundial sin parangón. Y es difícil pensar que esta afirmación no se hace tocando de pies en el suelo y sin hacer castillos en el aire.