Bicicletas, móvil y ADSL

Regresé a Barcelona con las pilas bien cargadas, tras un refrescante período vacacional en la Cerdanya, acompañada de sabias lecturas, cultivando el silencio interior, "sol que madura los frutos del alma".

"Me niego a correr : ¿por qué?, ¿para qué? ¿hacia dónde? Rechazo los ritmos desbocados que tan solo generan malestar. Miramos sin vivir ni apreciar los detalles. Corremos para tener tiempo y cuándo no sabemos qué hacer lo acabamos perdiendo. Este nuevo curso marcaré mis tiempos, viviré cada instante a mi ritmo"… así reflexionaba yo , hace unos días, mientras daba un paseo por l´Eixample.

Igual que Sábato, deseaba hacer el camino "caminando lentamente"… Y entonces, de forma súbita, casi me atropella una bicicleta, que circulaba, a mis espaldas, sobre la acera. ¿Para qué tienen el carril bici? La mayoría parece preferir las aceras y ponen en riesgo la salud de los peatones. ¿Se ha pensado en algún código de conducta para evitar este abuso? ¿la autoridad puede multarles si invaden las aceras? ¿los ciclistas del bicing están cubiertos por algún seguro que pueda compensar económicamente si producen alguna lesión?

El silencio interior que había cultivado durante mis vacaciones iba transformándose en ruido. Se incrementó cuando recibí la factura de mi móvil. El importe total duplicaba lo pactado. Llamo a la compañía y me contesta una voz con acento sudamericano, diciéndome que " si este contrato lo hizo en la tienda… tienen que corregirlo en la tienda". No consigo que me eviten el desplazamiento. Entonces, ¿para qué ofrecen un número telefónico para atender al cliente y hacer reclamaciones? Estoy indignada, entre otras cosas, porque todas las compañías ofrecen línea fija, línea móvil, ADSL, TV…y mil maravillas, pero ninguna, repito, ¡ninguna!, ofrece una tarifa plana auténtica, que cubra un verdadero "pack" de telefonía móvil y telefonía fija, con su ADSL, todo en una única factura, por un importe total que se pudiera negociar y comparar con las distintas compañías.

Y mientras tanto, nuestro país sufre la crisis, nos apretamos el cinturón más que nunca, pero nuestros precios de telefonía siguen siendo los más caros de Europa.