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WikiCyL

WikiCyL

miércoles 08 de diciembre de 2010, 22:35h
Una vez que la plataforma Wikileaks ha dejado al descubierto las vergüenzas de nuestro ejecutivo y sobre todo de nuestro judicial, y que ha hecho saltar por los aires muchas de nuestras convicciones, todo eso del estado de derecho, la independencia judicial y demás teoría democrática, ahora aumenta el morbo para desear saber más y más, para que la fiebre Wiki se aplique no sólo al mundo mundial de las relaciones internacionales entre Estados Unidos y el resto del universo, sino también a nuestro pequeño, modesto e insignificante microcosmos que es Castilla y León. 

Así, en nuestro ámbito de andar por casa, nosotros también tenemos nuestro estado particular, ese ojo que todo lo quiere ver y controlar,  que despliega las mismas artes para conseguirlo y que también amenaza con represalias si alguien intenta remotamente hacerle frente.

Si una vicepresidenta del gobierno, dos ministros de justicia, un ministro de exteriores, un fiscal general del estado y un fiscal jefe, que sepamos hasta ahora, se plegaron a conveniencias superiores, qué no habrá pasado en nuestra comunidad particular, mucho más manejable y humilde, ante las situaciones deshonrosas que hemos presenciado.

Propongo urgentemente una WikiCyL autonómica que desvele entresijos y  detalles, por poner sólo algunos pequeñísimos ejemplos, acerca de Las Navas del Marqués y la imputación de la vicepresidenta Primera y consejera de Medio Ambiente, asunto del que por cierto nunca más se supo, del caso Arroyo, especialmente ácido para nuestra dispersa justicia local, Victorino Alonso, ejemplo vivo de quien se pasa las sentencias por el forro naturalmente porque se lo consienten, y a partir de ahora todo lo que dará que hablar la implicación del Presidente de las Cortes en asuntos turbios relativos a cobro de comisiones por adjudicaciones de obras. No me digan que sólo esto no merece ya una Wiki propia. A ver si alguien recoge el guante y mis ideas cobran vida.

También tenemos nuestro “Garzón” particular, convertido seguramente en personaje incómodo que, con su inocente empeño en hacer cumplir la ley incluso sin crucifijos, ha puesto en un brete en más de una ocasión, a veces hasta en once ocasiones, al incuestionable poder establecido, poder que a su vez no ha dudado en burlar la ley insistentemente ante nuestras mismas narices sin ni siquiera sonrojarse. Y mucho me temo que no hemos asistido al último capítulo. Quizás este juez nuestro tampoco trabaja solo, pero sí es claro que necesita bastante más compañía.  No sé si ha sido víctima de especial seguimiento como ahora se descubre que fue Garzón, pero llegados a este punto, ya nada me extrañaría.

Y para que nuestra WikiCyL triunfara como lo ha hecho la plataforma digital, sólo faltaría un medio de comunicación valiente dispuesto a publicar la exclusiva. Y ahí desde luego yo ya no apostaría.

Lola Prieto. Periodista.
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