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Inundaciones por el agua y cascos verdes

miércoles 19 de enero de 2011, 13:56h
    Si inundación significa “multitud excesiva de algo”, hoy se suele identificar esta palabra con el Desastre Natural producido por las variadas formas que presenta, en ocasiones, el vital elemento para la especie humana que constituye el agua potable.

    El año 2010 ha sido señalado por la estadística como el que ha sufrido más Desastres Naturales, solo superado por 1998. Fueron 950 desastres y el 90% de naturaleza meteorológica e hidrológica. Se calculan en 295.000 muertos y las pérdidas en 130.000 millones de dólares. Los daños a las personas convertidas en victimas, son tanto de forma física, psíquica, social, económica y política. Muchos de ellos con lesiones irreparables.

    Los desastres meteorológicos e hidrológicos, en los que el agua es la protagonista, adoptan variadas denominaciones: nieve, hielo, lluvia intensa (acción de caer agua de las nubes con fuerza y en un espacio limitado de tiempo). Puede producir inundaciones; granizo; tormenta (perturbación atmosférica violenta acompañada de aparato eléctrico y viento fuerte, lluvia, nieve o granizo); inundación (acción por la que el agua cubre los terrenos y a veces las poblaciones); ola de frío; ola de calor; viento fuerte; manga marina (columna de agua que se eleva en el mar con efecto giratorio a causa de un torbellino atmosférico); ciclo génesis explosiva o “bomba meteorológica” de efectos explosivos o “borrasca perfecta”; temporal marítimo (tormenta grande en el mar, con vientos de extraordinaria fuerza); ciclón tropical o huracán; incendio (poblado, urbano, forestal). También existen los Desastres Naturales climatológicos, como la sequía (tiempo seco de larga duración); y la desertización (transformación de amplias extensiones de tierras fértiles en desiertos).

    Las estadísticas nos muestran estos datos que impresionan al lector, pero no son completos y totales pues sólo fijan su atención en los Desastres Naturales que adquieren volumen importante y se convierten en noticias como ha ocurrido en días pasados con Australia (06-01-2011) y Brasil (11-01-2011).

    Las inundaciones locales producidas prácticamente en la mayoría de los países, en España entre ellos, y que solo perturban la vida ciudadana durante dos o tres días, al ser tan numerosas, no se dan a conocer ni en las noticias de las televisiones locales.

    Pero es indudable que causan daños y perjuicios que alteran la tranquila vida ciudadana de quienes los sufren. Si tienen lugar en Estados fallidos o que sienten fuertes efectos por la crisis económica: paro, falta de fluidez y poder adquisitivo de los ciudadanos y de las instituciones públicas y privadas, etc., el coeficiente multiplicador de los daños causados por el desastre natural ocurrido, aumenta vertiginosamente. Aparecen otros daños producidos por los humanos: robos, saqueos, violaciones, enfermedades, etc., que inciden dolorosamente en la sociedad que lo sufre.

    Si el agua actúa también como un Desastre Natural será preciso tomar las mismas medidas, pues causa el mismo pavor, daños y destrozos que los demás Desastres. Es preciso estar organizado previamente y actuar con las características generales propias de estos hechos tan lesivos para la Humanidad. Como producen autenticas situaciones de crisis donde tienen lugar, han de funcionar “gabinetes de crisis” previamente organizados, para adoptar las primeras medidas de urgencia de forma coordinada y efectiva. Las improvisaciones en situaciones trágicas de emergencia producen mayor confusión por la emotividad de los sentimientos, que trastocan las actuaciones de socorro y ayuda.

    Muchas de las acciones posteriores realizadas por personas que de buena fe querrían colaborar, causan efectos colaterales adversos, que aumentan los que se están produciendo o ya ha causado la Naturaleza.

    La Organización Meteorológica Mundial (OMM), como Organismo Especializado de  Naciones Unidas, cumple un importante papel de información por medio de sus redes de estaciones meteorológicas, al intercambiar información, intensificar la aplicación de la meteorología a la aviación, la navegación marítima, agricultura y otras actividades humanas, y fomentar la investigación y enseñanza de la meteorología.

    Es sabido, pero conviene reiterarlo, que  Naciones Unidas al terminar la Segunda Guerra Mundial en 1945 impresionados todos los países por el mayor número de bajas de la Historia de la Humanidad, ocurridas en los casi seis años que duró esa guerra, con 55 millones de muertos (más que la población española actual), 35 millones de heridos y 3 millones de desaparecidos, tomaran medidas para evitar que comenzaran a aparecer conflictos debidos  a la descolonización y otras causas, como la agresión de la Corea comunista del Norte a Corea del Sur en 1953.

    En 1956 Naciones Unidas organizaron las Fuerzas de Emergencia de Naciones Unidas (FENU), los famosos Cascos y Boinas Azules que por su labor especializada y eficaz en Operaciones de Paz y ayuda Humanitaria, han recibido multitud de reconocimientos: Premio Nobel de la Paz (1988), Príncipe de Asturias (1993), Premio Extraordinario del Ministerio de Defensa a EUFOR en homenaje a los 46.000 militares que estuvieron en Bosnia-Herzegovina (2010), la Medalla de la ONU a la UNIFIL (Fuerza Interina de las Naciones Unidas) en Líbano 2010, que manda el general español Alberto Asarta, etc.

    Estos éxitos se han logrado porque los soldados que van a intervenir en alguna misión internacional en el  exterior, cualquiera que sea el Estado a que pertenecen, tienen que estar instruidos durante un periodo de tiempo de unos seis meses. Así lo hacen los españoles, por ejemplo la Brigada Canarias XVI que irá a Afganistán esta primavera, en abril. Ahora realiza un entrenamiento previo para mejorar su preparación, incrementar su eficiencia, sacar todo el provecho posible a los nuevos materiales adquiridos y conocer bien las normas siguientes que les señalan las vigentes Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas de 2009, en las que figuran los cuatro capítulos y veintiún artículos siguientes:

Capítulo  III. De las operaciones de paz y ayuda humanitaria.
Artículo 93. Misiones de paz, estabilidad, seguridad y ayuda humanitaria.
Artículo 94. Respuesta ante situaciones cambiantes.
Artículo 95. Adaptación a situaciones complejas.
Artículo 96. Preparación y actuación en operaciones de paz o humanitarias.   
Artículo 97. Relaciones con organizaciones civiles.
   
Capítulo IV. De las operaciones de seguridad y bienestar de los ciudadanos.
Artículo 98. Seguridad y bienestar de los ciudadanos.
Artículo 99. Rapidez de reacción.
Artículo 100. Repercusión en la imagen de las Fuerzas Armadas.
Artículo 101. Competencia en la actuación.
Artículo 102. Intervención coordinada con otras instituciones y colectivos.
Artículo 103. Apoyo a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
   
Capítulo V. De las operaciones de evacuación y rescate.
Artículo 104. Evacuación de españoles en el extranjero.
Artículo 105. Rescate de personal en territorio hostil.

Capítulo VI. De la ética en operaciones.
Artículo 106. Deberes en relación con el Derecho Internacional Humanitario.
Artículo 107. Protección de heridos, enfermos, náufragos, prisioneros, detenidos y población civil.
Artículo 108. Búsqueda de heridos, enfermos, náufragos y muertos.
Artículo 109. Actitud como prisionero.
Artículo 110. Trato a los prisioneros o detenidos.
Artículo 111. Principio de distinción.
Artículo 112. Protección de población especialmente vulnerable.
Artículo 113. Protección de bienes culturales.
Artículo 114. Medios y métodos de combate.

    La noticia que siempre aparece tras producirse un Desastre Natural, es que más pronto o más tarde, el Estado que ha sufrido daños utiliza el Ejército y las demás Fuerzas Armadas para paliar los daños. Entre los apoyos que recibe de dinero, medicinas, alimentos, etc., también se cuentan con Fuerzas Armadas de otros países (en Haití, en enero 2010 acudió el Ejército norteamericano).

    Como Naciones Unidas no ha proclamado todavía la “Declaración Universal del comportamiento humano ante el Planeta Tierra”, las ayudas que recibe el Estado o los Estados que han sufrido un Desastre Natural, no se rige por una norma de actuación universal como la que tiene Naciones Unidas para actuar ante los conflictos políticos: Las “Fuerzas de Emergencia de Naciones Unidas (FENU)”, preparadas y especializadas antes de intervenir en los conflictos.

    No existen todavía los “Cascos Verdes”, fuerzas militares análogas a los Cascos Azules, que además de su capacitación para actuar en operaciones de Seguridad y Defensa del Estado a que pertenece, se encuentren al servicio de Naciones Unidas y estén especializados para intervenir en paliar daños causados por Desastres Naturales, que como recordamos, son muchos y de una gran capacidad destructora: Avalancha, Calor, Corrimiento de tierra, Enfermedad, Erupción volcánica, Frío, Granizo, Hambruna, Hundimiento de tierra, Huracán, Impacto astronómico, Incendios forestales, Inundación, Manga de agua, Sequía, Simún, Terremoto, Tormenta, Ventisca, Tormenta eléctrica, Tormenta solar, Tormenta de arena, Tornado, Tsunami, Megatsunami.

    En España disponemos de la UME “Unidad Militar de Emergencias”. Es una unidad de 3.000 efectivos, organizada en cinco Batallones de Intervención en Emergencias. Representa una muestra de la capacidad de innovación del Gobierno y de las Fuerzas Armadas Españolas que desde 2007, ha participado en muchas emergencias, y demostrado su capacidad operativa en la actuación contra incendios  forestales”. Podría servir de núcleo en España, dentro de la Organización de Naciones Unidas de “Cascos Verdes”, cuando estos sean creados  por Naciones Unidas, y que materialicen su principio de que “Los problemas mundiales y (los Desastres Naturales lo son) requieren planteamientos y soluciones mundiales”.

    Australia tuvo inundaciones en 2010, que fue el tercer año con mayores lluvias que registran su historia. Al parecer son consecuencia del fenómeno climático La Niña, que produce lluvias monzónicas en el Pacífico Occidental y el Sudeste asiático. Las últimas grandes lluvias del pasado 6 de enero anegaron un área del tamaño de Alemania y Francia juntas. “Han convertido ciudades en islas rodeadas de un mar de aguas turbias infestadas de serpientes y cocodrilos”, en algunas zonas.

    En Brasil la inundación ha provocado corrimientos de tierra en las montañas, cuyas laderas y valles estaban llenas de casas frágiles que fueron arrastradas por el agua y dejaron sin hogar a miles de personas. El Gobierno ha tenido que movilizar el 16 de enero de 2011, al Ejército para que acudiera a las zonas devastadas por la gran inundación que sufre el país que es su mayor Desastre Natural. Ha causado la muerte de 630 personas. Esta actuación, aunque tardía, ha sido muy bien acogida por la población. En pocas horas los militares rescataron a un centenar de familias aisladas y desesperadas. Van a arreglar carreteras, distribuir alimentos, agua, instalar equipos quirúrgicos de campaña etc.!Esto es, ayudar a disminuir el dolor de la población ¡

    Una prueba más de la efectividad de las Fuerzas Armadas y de su  futura y deseable organización como “Cascos Verdes de Naciones Unidas”, para actuar ante los daños causados por los Desastres Naturales.

Fernando De Salas López
Ecólogo y ex Rector de la Sociedad de Estudios Internacionales (SEI) 1975 -2008
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