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Rubalcaba empieza a enfrentarse a Rajoy

lunes 24 de enero de 2011, 08:32h
Después del baño de euforia y felicidad que significó la Convención Nacional del PP desarrollada este pasado fin de semana en Sevilla, se hacía inevitable que alguien replicara a los “populares” “altivos y con hambre de urnas”, convencidos de que tienen la victoria, o las victorias sucesivas, en las próximas oportunidades que se les otorguen, y cuanto antes mejor. Curiosamente, el mensaje no ha procedido del líder Zapatero, sino del vicelíder, y cada vez más  en situación de “sucesor”, Alfredo Pérez Rubalcaba, en quien muchos socialistas empiezan a mostrar sus preferencias y a confiar sus expectativas. Rubalcaba ha salido al paso frente a esa euforia del adversario: "Seguimos siendo los mismos.

Somos nosotros, los socialistas". Y seguidamente dijo  a los militantes socialistas que "conviene no arrugarse" ante las elecciones, porque el PP "sólo" ganará si el PSOE desiste de explicar que mantiene sus señas de identidad -las políticas sociales- pese a la crisis. Rubalcaba intervenía en Guadalajara junto al presidente castellano-manchego, José María Barreda. En esta ocasión se anunció también que el Ejecutivo dará la próxima semana "un acelerón" a las reformas de las pensiones y de la Ley de Cajas: el viernes, día 28, el Consejo de Ministros aprobará, como había anunciado, la reforma de las pensiones, y ha dicho que se va a "empeñar hasta el final" en buscar el consenso con el objetivo de mantener el sistema público de pensiones "con determinación y convicciones". Y por lo que se refiere al sistema financiero, Rubalcaba explicó que el objetivo es recapitalizar las cajas de ahorro para que puedan prestar dinero a familias y empresas, y que se pueda crear "riqueza y empleo". El vicepresidente añadió que el Ejecutivo ha emprendido una política de austeridad “para garantizar el futuro" y está llevando a cabo reformas para volver al crecimiento económico y la creación de empleo, pero ha hecho hincapié en que no se ha "olvidado" de la cohesión social.

"Seguimos siendo los mismos. Somos nosotros, los socialistas, que tenemos en el corazón de nuestro pensamiento la igualdad y los derechos sociales", dijo. Por ese motivo y pese a que el PP "va ahora de paladín de lo social", ha reclamado a sus compañeros de partido que no se arruguen y recuerden que, aun en crisis, el PSOE ha subido las pensiones mínimas, ha aumentado las becas y ha mantenido el gasto de las políticas sociales y la cobertura al desempleo. Rubalcaba dedicó buena parte de su intervención a defender la reforma del sistema público de pensiones de la que dijo que no afectará a los actuales pensionistas ni a los que vayan a serlo de forma inminente, sino a los que se jubilen dentro de 10 ó 20 años. "Nos quedamos solos. Lo hicimos a puro huevo, solos, solitos, nadie nos ayudó", ha señalado el vicepresidente primero del Ejecutivo, antes de asegurar que, como "hijo" de los socialistas, no hay nadie más interesado en mantenerlo porque "nadie quiere más a su obra que aquel que la parió". Apostó luego por el consenso, y resaltó la necesidad de que la reforma se haga "poco a poco", con "tiempo y flexibilidad" pero "de manera consistente, con determinación y convicciones", porque "va a vivir mucho tiempo", destacando la importancia de las elecciones de mayo porque "conviene que sepamos que todo puede retroceder" y es eso lo que se dirime en las urnas: salir de una o de otra forma de la crisis. "Siempre ha habido crisis y siempre ha habido salidas por la derecha y por la izquierda, las unas concluyen en que salen unos y se quedan otros, las otras son solidarias", sentenció  Rubalcaba reconoció que, en los comicios de mayo, los electores votan "personas" y ha considerado que este argumento, en Castilla-La Mancha, "viene muy bien" a los socialistas, porque, según dijo,  "comparar a Cospedal con Barreda es para los socialistas un chollo".

Por su parte, Mariano Rajoy, como cierre de la Convención sevillana, hizo un llamamiento  a todos los españoles a "una gran tarea de recuperación nacional". El líder  'popular' da por liquidado el tiempo de Zapatero, proclamando que "España tiene sed de urnas", y que " lo único que los españoles esperan de Zapatero es que anuncie la fecha de las elecciones". En esa atmósfera de euforia política y preelectoral, el presidente del PP, hizo de la austeridad y de la confianza los dos eslóganes políticos, y ha prometido a la gente que su anunciado plan reformista no se va a reducir a una sucesión de recortes.' "Pueden tener la seguridad de que no les vamos a estrujar como a un limón", ha dicho, "ni les vamos a cambiar las reglas del juego cada trimestre, ni tendrán que lidiar con 17 mercados distintos, ni les vamos a imponer unas relaciones laborales de hace décadas". Por el contrario, Rajoy promete un "plan global" para la economía y el empleo, acompañado de reformas "fiscal, energética y educativa, entre otras", que no ha concretado. Además,  aseguró el "rescate del valor de la familia, el principal motor del progreso social, para devolverle la importancia que le otorga la Constitución". Rajoy repitió algunas palabras de las que Aznar pronunció en la inauguración de la Convención, enfatizando que "empieza un nuevo tiempo político, estamos en una nueva etapa en la que todos nuestros esfuerzos deben ir encaminados en una dirección: reconstruir la confianza de los españoles y encabezar un proyecto de recuperación nacional". En tono enérgico y confiado, el líder 'popular'  insistió en la necesidad de espantar el viejo fantasma del miedo: "No somos un experimento. A nosotros se nos conoce. No haremos milagros. Trabajaremos con rigor. Costará esfuerzo, quién lo duda, pero no serán sacrificios inútiles como los de ahora, que estamos pagando un precio altísimo a cambio de nada, y tampoco serán los más débiles quienes más los soporten". Dijo también Rajoy que él 'no se resigna', y que "España no es un caso perdido y no quiere resignarse. Convocaremos a los españoles que no se resignan", ha proclamado, para insistir en su llamamiento nacional: "A nadie le preguntaremos de dónde viene, porque la abnegación, el patriotismo y la buena voluntad no son de ningún partido. Queremos una España sin discordias", fue su slogan final...

Ya tenemos a los rivales en campaña...
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