www.diariocritico.com
Parados y solos

Parados y solos

martes 25 de enero de 2011, 10:49h

La marcha de parados que ayer pretendía entrar en el 'Guínness' de los records, uniendo con una cadena humana los casi cinco kilómetros de recorrido entre el Congreso de los Diputados y el Palacio de La Moncloa, fue un fracaso. Y un fracaso en toda regla: apenas cien desempleados secundaron la convocatoria, y no sirve para justificar esta frustración la temperatura gélida de la mañana madrileña. La conclusión es más realista, por puro pesimismo en el análisis: muy pocos creían, tal como se hizo evidente, que con salir a la calle el Gobierno o la sociedad les iba a prestar una mayor atención a los parados, del mismo modo que es difícil soñar que, en los tiempos difíciles, haya una mano de calor que se tienda a tu mano derrotada.

     Nadie sabe de derrota más que los derrotados, y nadie de condena más que los condenados, y nadie más que de desesperanza que quienes sobreviven, inciertamente, con el cielo arriba y la tierra abajo. ¿Esperaban los promotores de la marcha de ayer en Madrid que en las calles les saliesen a aplaudir y a apoyar y a vitorear tal como les ocurre a los ejércitos victoriosos?  Sabían que no. Sabían que esa utopía reiterada de constituir la FUERZA POLÍTICA CON MAYOR BASE SOCIAL DE ESPAÑA, que es el “Partido de los Parados”, mueve palabras pero no mueve montañas; suscita eventuales simpatías, pero no cambia el fatal destino de la Historia.

    ¿Quién es el ganador del fracaso testimonial de ayer? ¿El Gobierno?. Parece que no. ¿Los sindicatos? Están para avergonzarse puesto que los convocantes de la imposible procesión de hormigas no llevaban pancartas ni banderas ni subvenciones. ¿Los parados? Puede que ellos, además de víctimas, hayan sido los grandes perdedores, puesto que se dieron la espalda a sí mismos.

    Por lo demás, y como saben, España es líder mundial en la donación de órganos para trasplantes. Pero se ha producido una caída en esa generosidad proverbial, y aumentan las negativas familiares a donar órganos. El responsable nacional de este departamento, el doctor Rafael Matesanz, achaca esa negativa al “pesimismo social que genera la crisis”. Y pone un ejemplo: “ocurrió en Murcia, donde un padre se negó a donar los órganos de su hija fallecida con el argumento de que él (el padre) estaba en el paro, y de que, si la sociedad nada estaba haciendo por él, tampoco él le debía nada a la sociedad”.

     Cadenas de parados que se frustran, voces que se apagan, donaciones de órganos que se hacen imposibles… Vamos por mal camino. Si no abrimos todos los ojos al coraje (al margen del Gobierno), vendrán aún tiempos peores y nos harán más tristes.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios