Intentos de confundir al personal

Tanto el ex presidente de la Junta de Andalucía y actual vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, como el vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, podrán poner la excusas que quieran sobre la subvención de diez millones de euros que la Junta le dió a la empresa Matsa, de la que la hija de Chaves, Paula, era apoderada, pero la realidad es tozuda y el TSJA ha dictaminado que Chaves incumpió la Ley de Incompatibilidades de Altos Cargos que su propio Gobierno había aprobado. Culpar al PP de "fabricar mentiras" no es sino tirar balones fuera y tratar de confundir al personal. Nada tiene que ver el archivo que el Tribunal Supremo hizo en su momento de la causa penal con la reprimenda del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Convendría que el PSOE midiera sus palabras y se atuviera a los estrictos hechos porque se le pueden volver en contra. Y también que Pepe Griñán tomara cuanto antes cartas en este espinoso asunto y le abriera expediente a su antecesor en el cargo para evitar verse salpicado por un escándalo en el que él tuvo poco o nada que ver. Seamos claros, Chaves posiblemente no cometiera ningún delito al firmar la subvención a Matsa, la empresa en la que trabajaba su hija, pero ha quedado más que demostrado que, a sabiendas o no, incumplió una ley andaluza por la que debe ser sancionado.