EN LA LÍNEA

En la Línea

Por Félix Fuentes

INCREMENTO BELICO Y LLAMADAS EN CLAVE CON NARCOS

En  la semana del 2 al 8 de este mes, tiempo en que el presidente Felipe Calderón viajaba por Europa, en México fueron contabilizadas 93 ejecuciones en agravio de 80 hombres y 13 mujeres, lo cual evidencia que el narcotráfico reafirma su desafío a las fuerzas armadas y masacra a adversarios, agentes policíacos e incluso civiles.

Tan alta criminalidad explica por qué el régimen calderonista solicitó ayuda a Estados Unidos para enfrentar al hampa organizada, según reveló el senador demócrata por Arizona, Silvestre Reyes, cuya versión inicial a medios informativos la ratificó ante legisladores mexicanos.

De acuerdo a la versión de Reyes, el presidente Felipe Calderón habría solicitado la intervención estadounidense, hace tres meses, y al ser conocida en estos días ocasionó alarma entre legisladores encabezados por Manlio Fabio Beltrones porque  implica el arribo de contingentes militares de EU, a semejanza de Colombia y El Salvador.

El embajador de México en Washington, Arturo Sarukhán, intentó desvirtuar la información de Silvestre Reyes y afirmó que no vendrán tropas a nuestro país. De por sí es  inaceptable porque la Carta Magna impide la presencia en territorio nacional de ejércitos extranjeros  y menos de Estados Unidos, debido a las intervenciones fatales de los Siglos 19 y 20.

La posibilidad de implantar un sistema para combatir al narcotráfico, similar al de Colombia y EU, obligó a Beltrones a tener una primera cita con el embajador norteamericano Tony Garza y, a la vez, que Felipe Calderón informe al Senado sobre esa gestión comprometedora.

Se entiende que el primer mandatario esté preocupado porque, mediante el empleo del Ejército y la Marina, no se ha visto disminuido el poderío de traficantes de drogas y va en aumento el número de ejecuciones.

También ha de desalentar al jefe del Ejecutivo el haber escuchado grabaciones telefónicas, a través de las cuales comprobó que miembros prominente de los cárteles planean sus acciones en armonía con jefes policíacos, incluso de la PGR.

A la vez crece la furia de la delincuencia. De las 93 ejecuciones en la semana arriba mencionada, en 8 cadáveres fueron advertidas impactantes lesiones de torturas y dos fueron decapitados, además de que los narcos dejaron seis mensajes significativos.

Lo anterior comprueba que la gente se acostumbra a ver  ríos de sangre, sin estremecerse. Cuando fueron echadas a rodar cinco cabezas en un centro nocturno de Morelia, Michoacán, el pueblo se aterró, pero hoy no parecen importar las decapitaciones. Ni el gobierno federal denota alarma por cuantos muertos se registran en la nación.

En vez de pedir auxilio a Estados Unidos debiera exigir Calderón un proyecto conjunto para evitar el intenso tráfico de armas, sobre todo de las AK-47 y las R-15, además de los  arsenales gigantescos de granadas de mano, de los cuales esta México saturado. ¿O también es imposible impedir el voluminoso contrabando bélico? 

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