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Y su 'juicio en el fondo del mar'

Santoña: el Carnaval de los pescadores

viernes 04 de febrero de 2011, 18:01h

En la villa de Santoña, se celebra un original e interesante carnaval marinero, cuya mayor singularidad es el “juicio en el fondo del mar”. Esta manifestación festiva, prohibida en 1934, permaneció conservada en la memoria de una pequeña colectividad de pescadores, que permitió su recuperación posterior.

En la actualidad, ”el juicio en el fondo del mar” se ha convertido en el protagonista de los carnavales santoñeses, representado a través del “paseo del reo”, el “juicio” y el “entierro del besugo”, actos mediante los que la villa santoñesa celebra la tradicional fiesta del triunfo, juicio y muerte del carnaval. La historia parte del rapto de una sirena por parte de un besugo enamorado, y el juicio al que es sometido y que se celebra en un escenario que representa la bahía de Santoña, en el hueco de una roca donde viven marlotas y algas marinas. El dios Neptuno es quien debe juzgar al besugo, y cita para ello desde el pez más diminuto al más grande. El defensor es un ‘salvareo’ y el fiscal un ‘verdel’, de procurador ejerce un ‘pez volador’. El ‘pez espada’ es el que pone paz en la sala

El enorme besugo, considerado como reo, es elevado en la plaza del Peralvillo a un carro de burro y trasladado a la cofradía de pescadores, donde permanece custodiado por otros peces hasta que llegue la hora del juicio, que se celebra en la plaza de San Antonio, centro de la villa. Una vez allí, comienza la representación del “Juicio en el fondo del mar”, en el que los personajes travestidos de peces manifiestan públicamente los aspectos de la realidad pesquera de la villa que más interesa destacar. Este juicio moderno está elaborado a partir de una murga entonada en 1934 por un original grupo de doce pescadores santoñeses conocidos como “Los Parrandistas”, quienes por esta época alborozaban la calle con sus ocurrencias y diabluras y que han sabido conservar en un memoria las antiguas coplas.

El recitado de las antiguas murgas venía acompañado del originalísimo disfraz bajo el que se diluía la personalidad de “Los Parrandistas”  y que han servido de base para confeccionar los diversos mascarones ictiomorfos utilizados en el “Juicio”. Estos disfraces, destacan aquellos aspectos locales que más interesa evidenciar, y que van desde referencias a pescadores populares famosos en el arte de la pesca, problemas del medio y de la propia profesión, y todo ello denunciado y puesto de manifiesto por medio de las diferentes máscaras con forma de pez.

El visitante puede aprovechar una vuelta por los carnavales para adentrarse en este pueblo, famoso por sus exquisitas salazones, especialmente las anchoas.
Santoña tiene una privilegiada situación, su puerto ya fue explotado por los romanos, que lo bautizaron como ‘Portus Victoriae’. Desde entonces, diversas culturas han invadido este emplazamiento. Godos, normandos, franceses, ingleses… Su situación estratégica, tanto desde el punto de vista militar, como comercial o pesquero, dentro del Cantábrico le ha dado a Santoña su personalidad y le ha legado los principales monumentos y edificios de la villa. Palacios como los de Chiloeches o del Duque de Santoña, los fuertes militares de la época de la invasión napoleónica, los faros y las diferentes iglesias y ermitas, componen un rico patrimonio histórico que se disemina por toda la población.

Un paseo por las marismas que rodean la villa, degustar las ricas anchoas y la gastronomía marinera típica de Santoña, son otras de las propuestas que ofrece este puerto de mar.

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