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Indican los expertos que la decisión de acogerse a la Ley Concursal, aunque no tiene por qué desembocar en una quiebra, trae a la memoria la expropiación de Rumasa hace 28 años por el primer Gobierno del PSOE, que aún colea en los tribunales, donde la familia Ruiz-Mateos exige 18.000 millones por lo que siempre ha considerado como un "expolio", pese a que ha ido perdiendo un pleito tras otro. "Es doloroso recordar que hace 28 años sufrimos aquello y ahora suframos esta nueva persecución", se quejaba con amargura Ruiz-Mateos. El patriarca de Rumasa y de la Nueva Rumasa actual, en compañía de sus seis hijos varones y sin ninguna de sus siete hijas, aseguró que se "pagarán tanto el capital como los intereses" a todos los que han suscrito pagarés y participaciones de empresa, a un alto interés (hasta el 10%). Nadie sabe cuántos ahorradores ni la cantidad invertida. La familia se negó por tres veces a dar ese dato en la comparecencia aunque en su página web Nueva Rumasa dice que son "más de 5.000 inversores". Según publicó Cinco Días, la familia ha captado unos 140 millones. La decisión de acogerse al artículo 5.3 de la Ley Concursal, que Ruiz-Mateos atribuye a la "bestial campaña" iniciada contra el grupo y "para salvaguardar los intereses de sus clientes, trabajadores y proveedores"; les concede un plazo de tres meses para negociar con sus acreedores y evitar declararse insolvente. Transcurrido este plazo contará con otro mes más para presentar concurso de acreedores formalmente, que a su vez prevé dos meses más de negociaciones. La decisión ha tenido lugar después de varias operaciones para captar fondos de particulares. A partir de ahora, anunció Nueva Rumasa, acometarán "una importante reestructuración que garantizará su viabilidad futura y el cumplimiento de la totalidad de sus compromisos" ya que, añaden, confían en que la situación actual es "reversible". "Durante estos años de crisis, hemos mantenido la totalidad de las compañías y puestos de trabajo" pese a la "subida de materias primas, caída de ventas, reducción de márgenes y pérdida de financiación bancaria". No obstante, reiteran, la situación del grupo se "ha visto agravada por la exagerada y constante presencia en los medios de comunicación de noticias no coincidentes con la realidad que han provocado un clima perjudicial para las compañías del Grupo".
La banca enemiga, los medios informativos hostiles, la coyuntura desfavorable... Y algunos riesgos probablemente excesivos, su afán de opacidad y el aventurerismo propio de “la casa” , todo nos obliga a regresar a la expropiación que Miguel Boyer propició hace tres décadas. Entonces, se calculó que el grupo de Rumasa podía llegar a medio millar de empresas. Con más precisión se cuenta ahora que eran más de 400. Ahora, el conglomerado lo constituyen algo más de un centenar, 117 se concreta, marcas que se agrupan bajo la enseña de Nueva Rumasa, aunque esta vez no están consolidadas como un holding, lo que significa que son independientes. Es una de las enseñanzas de la primera Rumasa... Como la otra vez, todo ha empezado con impagos a la seguridad Social. Ruiz Mateos y su familia han aparecido dos días después de que la Tesorería General de la Seguridad Social advirtiera de que ya ha dado muchas oportunidades a Nueva Rumasa para regularizar su situación, y tras ordenar el embargo preventivo de bienes propiedad de sociedades de la familia Ruiz-Mateos para hacer frente al impago de las cuotas a la Seguridad Social.
Malos caminos, que Ruiz Mateos vuelve a recorrer...