Hoy hacemos un poco de intrusos en el territorio de nuestros compañeros de Deportes, y es porque una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictamina, refiriéndose a los casos de Bélgica y Reino Unido, que los Estados pueden “prohibir la retransmisión en régimen de exclusividad de acontecimientos que de gran
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¿Y qué ocurre concretamente en España? Pues que la Liga de Fútbol profesional, al margen de la participación de la selección nacional en un Mundial o de encuentros de la Eurocopa, aspira a que los encuentros de la División de Honor se televisen de pago, sin excepciones, y hasta eliminando el partido que ahora se ofrece, en abierto, los sábados… El que quiera fútbol de Primera División, que lo pague, vienen a decir los mandamases de los clubs, que incluso amenazan, en defensa de esta postura, con una jornada sin fútbol el próximo día 3 de abril...
Cada uno defiende sus intereses, pero eso es compatible con que la Liga de Fútbol Profesional fuese más generosa y tuviese en cuenta las aspiraciones de millones de españoles que no tienen, y especialmente en tiempos de crisis, acceso a las retransmisiones de pago. Porque el fútbol, en España, es mucho más que un deporte y hasta que un espectáculo: es una pasión colectiva que merece alguna gentileza, alguna comprensión, alguna cortesía por parte de quienes, desde los palcos, muelen miles de millones de euros. Y cuando decimos esto pensamos en la España de las desigualdades, la de los pobres y los parados, la de los habitantes del medio rural, la de quienes sólo tienen, como estímulo, el derecho a soñar. Por favor, todopoderosos señores del fútbol: un poco de generosidad, y también de conocer el mundo en el que viven...
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