www.diariocritico.com
Lecciones libias

Lecciones libias

martes 22 de febrero de 2011, 18:30h
La crisis de los países de la zona del Magreb y, paradójicamente, con pronóstico reservado, su retorno a Gobiernos democráticos ha sido una dura lección para Occidente, sobre todo para los países europeos situados al otro lado del Mediterráneo y, en menor medida, para los EEUU, Francia, Italia, España, han sentido profundamente las repercusiones de los conflictos en Túnez, Egipto, Libia, Marruecos y, en menor medida, de Argelia. La masacre que se está produciendo en Libia es uno de los más duros golpeas a la "Realpolitik" de los países occidentales.


Uno de los puntos centrales de esta Realpolitik ha sido la elección y la justificación del mal menor. Algo así como lo que pasaba durante la Guerra Fría en América Latina con los Somoza, Trujillo, Stroessner y compañía. Frente a la amenaza presunta y agigantada del Islam a las instituciones y la cultura occidental -la guerra de civilizaciones-, los países europeos y los EEUU extendieron generosamente el reconocimiento y la mayor parte de las veces hasta el apoyo a las dictaduras sin entender lo que pasaba en sus sociedades. Por ello, lo que menos se previó como ha sucedido en el caso de Túnez, de Egipto y de Marruecos fue que los que protestarían y se levantarían contra Gobiernos corruptos de décadas en el ejercicio del poder no serían turbas fundamentalistas, sino jóvenes con valores democráticos, conectados por redes sociales, ajenos a llevar la "guerra santa" contra Occidente e incluso Israel, sino más bien contra sus propios opresores locales.


Gadafi es un caso especial. Gobernante desde 1961 en que dio el golpe de Estado al Rey Idris, ha pasado de ser "el perro rabioso del Oriente Medio", como lo llamó Ronald Reagan antes de ordenar el bombardeo de las principales ciudades libias en 1986, al "mejor enemigo" de Occidente, como lo llama Antoine Viktine. Esa fórmula no es, por supuesto, gratis. Libia tiene una importante y estratégica producción petrolera que se vende en 85% a Europa. No por azar su hijo amenazó el domingo pasado que si la sublevación aumentara, arderían los pozos petroleros en clara advertencia a los Gobiernos europeos.

Pero, además, Gadafi ha sido un maestro en mantener y acrecentar su poder. Autoproclamado "líder de la revolución", anunció una nueva forma de hacer política: la yamahiria o gobierno de las masas, no desconocido en América Latina, en donde el dirigente supremo gobierna directamente consultando a las masas a base de comités populares dirigidos por adolescentes adictos al culto de la personalidad, como señalaba Ángeles Espinoza en El País, destruyendo con mano dura cualquier disidencia y aumentando la corrupción sin límites.

Precisamente esa ecuación de poder absoluto igual a corrupción es la que termina por volverse insoportable para las propias sociedades, es una de las lecciones más importantes del mundo árabe del norte del África y, en el caso especial de Libia, contra la doble moral occidental. Con la diferencia de que en este último caso no sabemos todavía el destino de las terribles masacres que se están produciendo.

[email protected]
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios