¡Qué más da so que arre!

Nada menos que hasta 23 veces le oímos decir “Castilla-León” en su intervención en las Cortes, con motivo de la celebración del 28 aniversario del Estatuto de Autonomía, a Miguel Ángel García Nieto, alcalde de Ávila y presidente de la Federación Regional de Municipios y Provincias.
   
El abulense no se ha enterado todavía que es “Castilla y León”, que la “y” tiene mucho contenido político y que no es de recibo que una persona como él diga el nombre de esta Comunidad como tantos y tantos de Castilla-La Mancha, quienes hacen extensivo a nosotros su propio nombre. O los de la Comunidad Valenciana, o Andalucía o Cataluña, que nos ven tan lejanos que les da igual cómo nos llamemos. Incluso en los “madriles” muchos políticos siguen diciendo Castilla-León. ¡Qué más da so que arre!
  
Pero que seamos nosotros mismos los que nos equivoquemos, no tiene un pase, y menos un representante de todos los municipios de Castilla y León. En las Cortes su reiteradísima equivocación sonó muy mal. Tal vez como los políticos del PP de Ávila, todos los que cortan el bacalao, con Ángel Acebes a la cabeza, andan libres como el caballo del guarda, y a donde de verdad miran es hacia Madrid, no extraña el error de Miguel Ángel García Nieto. Su paisano José Manuel Fernández Santiago, el presidente de las Cortes, que precisamente es de los poquitos abulenses con poder o cargo que nunca militó en ese grupo cerrado, el soniquete de Castilla-León debió de sonarle como una demostración de lo poco cosida que está Ávila a Castilla y León.
   
A lo mejor cuando Miguel Ángel García Nieto se asiente en el incomprensible edificio que la FRMP se está haciendo enfrente de las Cortes aprenda que la “y” une de otra forma y manera a esta Comunidad, lo que no quita que en León sigan diciendo que esto son dos regiones y una comunidad. Y una provincia por libre, que antaño fue Segovia y ahora es Ávila.