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Debió estar vigente en 2000; detallan hecho Pérez Jácome y Ferrari

El TLC contemplaba libre paso a transportistas mexicanos a EE.UU.; para junio se concretará

El TLC contemplaba libre paso a transportistas mexicanos a EE.UU.; para junio se concretará

martes 08 de marzo de 2011, 00:49h
El resolver el tema del transporte fronterizo permitirá nuevas oportunidades de negocios para México, y los beneficios de la apertura se extenderán más allá de las empresas del ramo, hacia los productores establecidos y las empresas exportadoras e importadoras del país. Lo cual ha dicho que estudiará la Cámara Nacional del Autotransporte en México.

Se espera que en junio se empiece a normalizar el tránsito de camiones nacionales hacia el vecino país, lo cual debió ocurrir conforme al TLC desde el año 2000, pero esto no ocurrió, hasta que la semana pasada se pusieron de acuerdo los presidentes Felipe Calderón y Barak Obama.

Lo anterior se puso de manifiesto durante la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron los secretarios de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez-Jácome Friscione, y de Economía, Bruno Ferrari García de Alba, para difundir las líneas generales del acuerdo que se logró sobre transporte transfronterizo anunciado el pasado jueves 3 de marzo por el Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, y el de Estados Unidos, Barack Obama.
 
Desde su firma, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) estableció que a partir de 1995 las empresas de transporte de carga de ambos países podían circular por los estados fronterizos y que, a partir de enero del 2000, lo podían hacer libremente por todo su territorio.

Sin embargo, desde 1995, Estados Unidos incumplió unilateralmente la apertura de fronteras. Ante ello, nuestro país solicitó establecer un panel de controversia, el cual emitió su dictamen favorable a México el 5 de febrero de 2001.

En la búsqueda de una solución satisfactoria, en septiembre de 2007,  México y Estados Unidos pusieron en marcha un “Programa Demostrativo” que consistía en permitir la operación de transporte transfronterizo a un número limitado de empresas de ambos países. Sin embargo, el 11 de marzo de 2009 el Congreso de EE.UU. prohibió al Departamento de Transporte de ese país utilizar fondos para seguir operando este programa. Ante este hecho, el Gobierno Mexicano decidió hacer uso inmediato de su derecho a adoptar una suspensión de beneficios conforme a las disposiciones del TLCAN, que consistió en un incremento a los aranceles de las exportaciones a diversos productos estadounidenses.

Después de diversas reuniones entre las delegaciones de los países se logró un acuerdo; mismo que fue anunciado por los Presidentes de ambas naciones.

El Secretario Dionisio Pérez-Jácome describió este programa y sus fases. Este nuevo mecanismo prevé tres fases. La primera, la fase pre-operativa, consiste en la solicitud, la revisión de los vehículos del transportista y la acreditación de sus operadores. Esta fase finaliza con la autorización provisional para ingresar a Estados Unidos. La segunda, conocida como fase operativa, inicia con un periodo de tres meses de inspecciones completas a los vehículos al cruzar la frontera, mismas que disminuirán significativamente a partir del cuarto mes de operaciones. Esta fase finaliza con una revisión del cumplimiento antes de que las empresas acumulen los 18 meses de operación. En la tercera y última etapa, se le notificará a las empresas mexicanas su autorización definitiva una vez que hayan aprobado la revisión de cumplimiento y acumulado por lo menos 18 meses de operaciones. Esta autorización definitiva es irrevocable, salvo por incumplimiento de las regulaciones de seguridad vial.

Es importante mencionar que los transportistas de Estados Unidos deben cumplir con la misma regulación que los mexicanos para contar con una autorización de autotransporte de carga. Con esto se garantiza que las empresas mexicanas tengan el mismo trato que las estadounidenses. Por su parte, los transportistas de Estados Unidos que deseen transportar carga a México deberán cumplir una regulación equivalente”.

Asimismo, señaló que “un punto fundamental alcanzado en este acuerdo consiste en que se reconocerá el desempeño, avances, historial acumulado y experiencia operativa de las empresas mexicanas que participaron en el programa anterior. Así, podrán obtener su autorización definitiva antes de los 18 meses”.

El Secretario Bruno Ferrari señaló el compromiso de eliminar las medidas de compensación aplicadas a las exportaciones estadounidenses conforme se vaya dando cumplimiento al programa acordado. Asimismo, México se reservó el derecho de reinstalar totalmente esta medida en caso de cualquier desviación o incumplimiento.

México reconoce la disposición del Departamento del Transporte para alcanzar una solución al diferendo bilateral. Asimismo, la SCT valora el diálogo que permanentemente se tuvo con las diversas organizaciones mexicanas de transportistas y reconoce sus aportaciones para alcanzar este acuerdo. 

El resolver el tema del transporte fronterizo arrojará nuevas oportunidades de negocios para México, y los beneficios de la apertura se extenderán más allá de las empresas del ramo, hacia los productores establecidos y las empresas exportadoras e importadoras del país.

El Gobierno de México reafirma su compromiso con la apertura total de los servicios de autotransporte de carga transfronterizos establecidos en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. El acuerdo alcanzado representa una oportunidad para complementar nuestro sistema logístico de transferencia de carga en la frontera y para demostrar que el autotransporte mexicano ofrece servicios de alta calidad y confiabilidad. Asimismo, permite incrementar la competitividad de ambos países, promueve una más eficiente integración transfronteriza, atrae nuevas inversiones, ofrece más opciones para los consumidores, expande los mercados, y nos permite posicionarnos como un lugar estratégico aun más atractivo al comercio y la inversión, a los negocios globales y a la creación de nuevas modalidades de hacer negocios.

Finalmente, uno de los mayores beneficios del acuerdo alcanzado entre México y Estados Unidos está en brindar certidumbre jurídica para los transportistas mexicanos, reciprocidad, trato nacional y apego a los principios negociados por los países firmantes del TLCAN.

El gobierno mexicano reafirma su defensa y compromiso con el sector del autotransporte mexicano que constituye la columna vertebral del movimiento de carga en México y una actividad fundamental de la economía nacional.
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