La mala suerte de la sustituta de Rivero

No se ha estrenado en el Congreso con mucha ventura que se diga la  alcaldesa de La Laguna, Ana María Oramas, sustituta del dirigente de Coalición Canaria (CC) y futuro presidente del gobierno de las islas, Paulino Rivero.

El lunes pasado Oramas acudió a la Cámara para recoger su acta parlamentaria sabiendo que precisamente a esa misma hora la Mesa del Congreso se encontraba reunida para resolver la petición del diputado por Las Palmas de CC, Román Rodríguez, de pasarse al Grupo Mixto.

La súbita decisión de Román, que hizo pública el viernes sin anunciarla previamente a sus propios compañeros, provocó de inmediato la disolución en el Congreso del grupo parlamentario de Coalición Canaria obligando a los otros dos diputados que lo formaban ( Paulino Rivero y Luis Mardones) a pasar también al Mixto.

El martes pasado Oramas tomaba posesión de su escaño. Pero pocas ocasiones va a tener la alcaldesa de La Laguna de hablar en el hemiciclo o de presentar iniciativas en estos cuatro meses hábiles que quedan hasta que se de por agotada la legislatura.

Sin embargo, el verdadero problema lo van a sufrir los trabajadores del grupo canario que de la noche a la mañana se han encontrado sin saber cuál va a ser su futuro al  tener que desmantelar toda la infraestructura que tenían en la Cámara.

El malestar con Román -que preside el partido Nueva Canarias, escindido de CC- es evidente ya que la justificación que ha dado para consumar lo que en CC califican sin tapujos de “traición”, es que no está de acuerdo con el pacto que Rivero ha sellado en las islas con el PP de José Manuel Soria. Una excusa que nadie entiende puesto que él gobernó el archipiélago entre 1999 y 2003 precisamente en coalición con el PP.