"Aquí el que entra no sale", dice una vecina sobre la residencia Juan XXIII

Según el testimonio de una vecina cuya vivienda se ubica próxima a la residencia que la consejería de Familia y Asuntos Sociales decidió cerrar este jueves de forma cautelar por posibles malos tratos a los residentes, en ocasiones "bañaban a los mayores a las 5 o las 6 de la madrugada" y era frecuente oír gritos de "no me pegues" procedentes del centro.

Otra de las mujeres que viven en el barrio aseguró que "el trato deja mucho que desear" y que ella misma ha visto desde su ventana cómo "tiritaban de frío los ancianos" porque les bañan con la ventana abierta en plano invierno. Varias propietarias de inmuebles cercanos a la Juan XXIII coincidieron en sus afirmaciones en que los pañales usados son lavados y reutilizados posteriormente, ya que suelen verlos tendidos al sol.

Sin embargo, un residente que, aunque no vive en la planta en la que supuestamente se produjeron los malos tratos afirmó "conocerla perfectamente", aseguró que en la Juan XXIII no existen los "malos tratos", que él se encuentra "muy bien" y que si sus hijos que vienen a verle habitualmente hubiesen visto algún abuso él ya no estaría allí.

Una señora que ingresó a su madre en la residencia hace quince días comentó que no ha detectado ninguna anomalía y que, por el contrario, la encuentra "muy bien aseada" y sabe "que come bien", aunque afirmó que le sorprendió que no le permitiesen "ver las habitaciones".