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¡Buen Camino y buena suerte!

¡Buen Camino y buena suerte!

lunes 27 de junio de 2011, 00:07h
El mes de junio es así. Fin de curso y repaso de aquello que se deja atrás que siempre trae de la mano algo de nostalgia, recuerdos y renovación. El jueves pasado el departamento de la facultad en el que colaboro en los últimos tiempos, celebraba la tradicional comida de final de curso. Mis alumnos inmigrantes, de los que aprendo mientras les enseño español, se despedían también de las clases y Juan Vicente Herrera dejaba atrás su ‘oposición’ como candidato y se enfrentaba a su cuarto Debate de Investidura. La cita en las Cortes era para mí un fin de ciclo. Estuve en Fuensaldaña en 2001 cuando aquel portavoz, con gafas de pasta y cara de chico estudioso, se convirtió en el relevo de Lucas y con él participé en su primera campaña, haciendo su seguimiento electoral para la TVE de Castilla y León. En aquellas semanas viví la experiencia más intensa de mi vida, ligada para siempre a esos recuerdos que, como les decía al principio, me traen cada año estas fechas. Entre mitin y mitin me tuve que despedir de mi padre que murió el 28 de junio de 2003 y nunca pensé que la persona que más me ayudó a comprender tanto dolor la encontraría en aquella caravana electoral. Hoy él,  tampoco está con nosotros y su primo, que ahora vuelve a tomar posesión como presidente de la Junta, seguro que también la echa de menos. Los recuerdos además se me agolparon hace unos días al ver las imágenes de archivo de la tele con las que se recordaba los diez años transcurridos desde los primeros pasos del candidato popular. Detrás de las cámaras de TVE volví a ver varios compañeros que ya no están, a pesar de la plenitud de su veteranía, en la profesión. A muchos nos arrasó un ERE. Más nostalgias de casi 25 años de trabajo en Castilla y León y un ciclo que me dispuse a cerrar en el último debate de investidura de Juan Vicente Herrera, tal y como él mismo ha anunciado ya, al decir que esta legislatura es la de su despedida. Diariocrítico Castilla y León me permitió estar allí porque los periodistas si no tenemos un lugar donde se oiga nuestra voz somos como los toreros sin plaza. Y aprovecho para decirlo bien alto. En este coso virtual, en el que algunos sólo ven un cementerio de elefantes, he disfrutado de algunas de las mejores faenas de los últimos años en la profesión. ¡Olé por todos esos periodistas de ‘raza’, algo que he oído mucho estos últimos días, y de los que podemos disfrutar en estas páginas digitales! ¡Oreja y rabo para todos vosotros! Y no soy taurina, sólo aficionada al sentido común. Pero, a lo que iba, en las Cortes disfruté de una faena marcada por el signo de los nuevos tiempos. Y disfruté, seguramente fruto del ‘síndrome de abstinencia’ o de ‘Estocolomo’, como me precisó algún colega. Me pareció que Herrera estaba a gusto, algo así como en los viejos tiempos, me dijo alguna, y me pareció intuirle la ilusión que noto en algunos de mis alumnos cuando se encuentran en la recta final del curso. Dicen las crónicas que superó la prueba con nota y a partir de hoy, lunes 27, toma posesión de su cargo. Aquí estaremos para tomar nota de si realmente éste es ‘un nuevo tiempo político en Castilla y León’, tal y como anunció en su último Debate de Investidura. Renovación, más participación de la gente de a pie y apostar con fuerza para ofrecer un futuro a esos jóvenes que salen de nuestras aulas sin ilusión en su futuro, pueden ser las claves. Otra la encontré esa misma tarde al salir del hemiciclo para acudir a la despedida de curso en la ONG en la que ayudo como voluntaria. Lyubka, una alumna búlgara, nos decía “creo que si no amas tu tierra nunca puedes enamorarte en otras tanto como yo de España”. La pasión que ella, como Latifa, Lyonel, Nadia, Omar, Mohamed, Buba y tantos otros, ponen en las cosas por las que luchan cada día, me ha reconciliado con la realidad a pesar de lo dura y difícil que pueda llegar a ser. Ellos, que ya viven los ‘recortes’ de la vida, saben y me recuerdan día a día qué es lo esencial y lo superfluo en la vida. Los titulares, Presidente, no siempre hablan de la realidad de verdad, la mayoría de las veces sólo le cuentan lo que algunos quieren que escuche. Con estas palabras cumplo, de nuevo, algo que me pidió hace ocho años, en aquella campaña electoral de 2003, el amigo que ya no está. Por eso y porque no va a ser fácil, ¡buen Camino y buena suerte! Carmen Domínguez. Periodista.
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