Desde que amanece, apetece

Durante los últimos meses la clase política ha puesto de moda hablar de la austeridad. Vamos que desde que amanece parece que apetece a los políticos referirse a ella. Hoy es el día elegido para que el presidente Herrera, a través de su portavoz, de a conocer la primera “poda” realizada en los segundos niveles de la Administración. De momento, el tan “cacareado” recorte no se ha producido en sus puestos de confianza. Están los mismos -realicen funciones o no- y eso no dice mucho a favor de la persona que debería “predicar con el ejemplo”. El aspirante a lo que sea lleva días mordiéndose las uñas. ¿Me quedaré como estoy? Se preguntan los viceconsejeros. ¿Tendré la suerte de quedarme? Piensan los doce secretarios generales que finalmente serán nueve. Desde aquí no vamos a dar por seguros a ninguno. No porque no lo sepamos (que no lo sabemos) sino porque nos da la impresión que a muy poca gente le importa si Luis Barbado continúa o no. Lo mismo ocurre con Luis Miguel González, Rafael Delgado, Ana Álvarez Quiñones, Francisco Llorente, Carmen Ruiz o José Rodríguez. Lo importante ocurrió el lunes cuando Herrera eligió a los consejeros. Después llegaron los análisis de los sabuesos más obtusos del periodismo político regional y de los aparatos provinciales del PP. En las sedes provinciales populares recordaban que el candidato Herrera, en la campaña, en sus kilométricas entrevistas dijo que todas las provincias estarían representadas en los órganos regionales. ¿Todas? Alguien muy ducho en estos temas aclaró que cuando en una provincia hay peso político también hay un consejero (a veces varios). Vales si tienes a alguien de los tuyos sentado en el Consejo de Gobierno. La diferencia entre tener paisanos en el Gobierno regional o no tenerlos se cuenta en millones de euros en inversiones, en que las obras en tu provincia se agilicen y que las ayudas lleguen a tus pueblos. Valladolid y Palencia no se pueden quejar (3-2), mientras que Zamora, Salamanca y, sobre todo, Soria no paran de “llorar”.