Zapatero quería un candidato de campanillas para la alcaldía de Madrid y ha dado unos cuantos resbalones hasta encontrarlo, al final no ha tenido más remedio que pedirle a su hombre de confianza que asuma el reto, y éste ha cogido el guante dispuesto a dar la batalla por Madrid. Pero ya digo que más allá de los méritos de Miguel Sebastián, lo que a mí me impresiona es el "dedazo". Verán, es indudable que bajo la batuta de José Blanco el PSOE se ha modernizado, tiene un nuevo 'look' más acorde con los tiempos, pero más allá de los buenos oficios de Blanco, lo que de verdad está pasando en el PSOE es que Zapatero manda como ni siquiera mandó Felipe González. A Felipe González le preocupaba, y quería, al PSOE, y por tanto estaba siempre atento a las opiniones que le llegaban de su partido con el que en algunos momentos se confrontó, por ejemplo a cuenta del marxismo. Pero Zapatero pasa olímpicamente de su partido y de cualquiera que no sea él. Es un político de ordeno y mando que se ha cargado las "primarias" para la elección de candidato, y que la última muestra de su "talante" lo ha dado eligiendo a dedo a Miguel Sebastián.
Ya digo que no entro a valorar las cualidades de Sebastián, que sin duda las tiene, sino en cómo ha sido elegido: con absoluto desprecio a las bases del PSOE. Claro que si las bases socialistas aguantan que les mangoneen y que no cuenten con ellos, suya es la responsabilidad. No diré que cada día me asombra más el comportamiento de Zapatero, pero casi.