El proceso, en peligro

Hasta Zapatero, ese presidente de Gobierno que tenemos, tan optimista antropológico él, reconoce que el llamado "proceso de paz" está en peligro después de que ETA haya decidido rearmarse, al menos con 300 pistolas, en un golpe de efecto perpetrado horas antes de que el presidente realizara una concesión más a los terroristas acudiendo al Parlamento Europeo para conseguir lo que estos querían, apoyo internacional a su negociación.

Dicen quienes hablan con Zapatero que este se encuentra preocupado con la marcha del asunto, por primera vez desde que ETA declaró la tregua, y no solo porque la banda le haya dejado en la estacada en momento tan crucial, saltándose a la torera el compromiso adquirido con los negociadores enviados a hablar con los terroristas por el presidente en el sentido de renunciar al rearme mientras se llevara a cabo el diálogo entre las dos partes. Sucede, comentan en La Moncloa, que Zapatero está empezando a considerar la posibilidad de que no haya luz al final del túnel donde se metió, dicho lisa y llanamente que está cayendo en la cuenta que por muchas concesiones que lleva a cabo ante la banda terrorista sus responsables no ven el momento de anunciar que la tregua se ha convertido en permanente, lo que a él le daría un respiro. Hasta el punto, se susurra en su entorno, que el presidente sopesa ya la posibilidad de declarar roto el "proceso" ante la opinión pública.

El jefe del Ejecutivo se lamenta ahora, por lo visto, de no haber conseguido el apoyo del PP para su "plan de paz", lo que le obliga a afrontar en solitario la crisis del proyecto. Resulta un tanto cínico que quien ha basado su acción política en tratar de dejar aislados a los populares por todos los medios posibles se queje ahora de que está solo. Pero así es la vida. El solo, incluso dejando en la sombra a buena parte de su Gobierno y a la Ejecutiva del PSOE se metió de bruces a negociar con ETA y, por lo tanto, él solo tendrá que asumir, si llega el caso, el final de su querido "proceso de paz".