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Una llamada desde Ferraz

Una llamada desde Ferraz

domingo 22 de julio de 2007, 18:43h

Este lunes, el máximo representante de los socialistas navarros, Fernando Puras, ha sido llamado al cuartel general del PSOE, en la calle de Ferraz de Madrid. Hay razones para pensar que el secretario de Organización de este partido, José Blanco, y también su jefe, José Luis Rodríguez Zapatero, están más que hartos de los vaivenes del Partido Socialista Navarro y no le van a permitir, contra lo que dicen en las declaraciones oficiales, imponer su voluntad. Ni la voluntad de las Juventudes Socialistas, que este domingo clausuraban su congreso pidiendo un tripartito también para Navarra, es decir, un pacto con Nafarroa Bai.

Ocurre, por supuesto, que el PSN no es el PSC, el partido de los socialistas catalanes, desde el que, desoyendo los deseos de La Moncloa, José Montilla reprodujo el Govern tripartito iniciado por Pasqual Maragall. Zapatero había pactado con Artur Mas que el líder de Convergencia sería, si obtenía más votos y más escaños en las elecciones catalanas, presidente de la Generalitat. Pero luego Montilla recuperó la alianza rota con Esquerra Republicana de Catalunya e Iniciativa, y Mas se quedó en la oposición.

Ahora, Zapatero no quiere que ocurra lo mismo con Navarra. El propio Blanco reconoce, en privado, que una alianza del PSN con NaBai costaría al PSOE en el resto de España sufrir un desgaste tan grande como el que ya experimentó con los “errores del caso De Juana”. Y no está el panorama de las encuestas como para permitirse demasiados lujos: sondeos que maneja Blanco dicen que, si ahora hubiese elecciones, el PSOE ganaría, sí, pero bastante apretadamente y sin que se pueda garantizar que la balanza no acabe por inclinarse del otro lado.

Así que, desde hace semanas, se está dando una pelea soterrada entre La Moncloa y Ferraz, por un lado, y el PSN, por otro, para ver quién ocupará el poder en la Comunidad Navarra y cómo. Desde sectores cercanos a Puras se han barajado e intentado todas las opciones: desde el pacto con Na Bai y los comunistas, hasta el pacto con Unión del Pueblo Navarro, pero quedándose los socialistas (tercera fuerza más votada, tras UPN y NaBai) con la presidencia, algo que en UPN, desde luego, no han aceptado.

Puras provocó una considerable irritación en Ferraz cuando declaró, la semana pasada, que tal vez la crisis Navarra hubiese de resolverse repitiendo las elecciones. Era, claro, una declaración táctica, pero que levantó rugidos de ira en la dirección federal del PSOE. Para colmo, luego Puras negaría haber dicho lo que efectivamente dijo en una radio, donde, lógicamente, sus declaraciones están registradas. Así que la reunión de este lunes en Ferraz puede ser tensa, aunque nadie vaya a reconocerlo públicamente. Luego, Puras tiene prevista una nueva entrevista con el presidente en funciones del gobierno foral y candidato a lo mismo por UPN, Miguel Sanz. Una entrevista de la que Sanz puede salir con su presidencia del gobierno autonómico renovada. Quién sabe.

Lo de Navarra es paradigmático de muchas cosas, y así lo reconocen los socialistas: evidencia los defectos de la normativa electoral, por ejemplo. O resalta algunos desfases que se mantienen en la Constitución, por ejemplo en la disposición transitoria cuarta, que abre la puerta a un posible referéndum de autodeterminación en Navarra para decidir si se incorpora al País Vasco.

 Así, solucionar de una forma aceptable para, según los sondeos, una mayoría de los españoles –y acaso para una mayoría de los navarros, porque no todos los votantes del PSN están a favor del pacto con Nafarroa Bai—lo que será el futuro político de esta Comunidad puede ser un dato que abra la puerta a muchas reformas legales.

 Es ya un clamor que no pueden, simplemente no pueden, celebrarse unas nuevas elecciones municipales y autonómicas –por lo menos—sin cambiar la normativa electoral al respecto. Los designios inescrutables de los pactos poselectorales han constituído, en no pocos casos, un auténtico escándalo. Y, ya que estamos, podrían estudiarse también algunas reformas en la Constitución que posibiliten modificar igualmente la Ley Electoral General y determinados puntos del Título VIII, dedicado a las autonomías. El Partido Popular ya hizo una propuesta en ese sentido, aunque hay que decir que, lamentablemente, hasta ahora ha caído en saco roto, y el propio PP no ha insistido en el tema, vaya usted a saber por qué.

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