En concreto, ETA envió en junio de 1996 una carta a la organización del Tour amenazando con la comisión de atentados en las tres etapas que transcurrirían por carreteras navarras si no se cumplían esos requisitos.
En caso de que no se cumplieran, decía la carta, "no nos extrañaría ver seriamente dañada la buena marcha de las etapas". Concluían advirtiendo que "la seguridad y la integridad física de los ciclistas y del personal que acompaña la prueba pueden igualmente verse afectadas".
El entonces director de la prueba, Jean Marie Leblanc, anunciaba poco después que durante las tres etapas del Tour en Navarra, un comentarista hablaría en euskera al principio y al final de cada etapa. "Hemos hecho todo lo que hemos podido y no creo que sea necesario añadir más comentarios", aseguró.
Años después, en 2003, el propio Jean Marie Leblanc alcanzó un acuerdo con Batasuna para evitar sabotajes durante la carrera. En aquella ocasión se acordó que el euskera se utilizaría junto al francés en la decimosexta etapa, que se disputaría entre las localidades francesas de Pau y Bayona.
Leblanc también negoció con el entorno abertzale en 1992, año en el que el Tour inició sus etapas en España en San Sebastián, después de haber recibido amenazas de la banda terrorista. En aquella ocasión, Herri Batasuna anunció que no boicotearía el Tour, a pesar de que pocos días antes había considerado tal posibilidad.
Sin embargo, ese año, sí acabó habiendo algún incidente, ya que el día 3 de julio fue quemado un coche de Antenne 2 que cubría la información de la carrera cuando se encontraba estacionado en San Sebastián. Al día siguiente fueron quemados tres coches de la cadena inglesa Channel 4 y otros cuatro vehículos más pertenecientes a la organización.
Atentado en Belagua
Por otra parte, ETA atentó el 13 noviembre de 2004 con dos artefactos explosivos contra el refugio del Ejército de Belagua, muy cerca de donde hoy estallaron dos artefactos de escasa potencia, que fueron colocados coincidiendo con el paso del Tour de Francia por el norte de Navarra.
En concreto, este mediodía, la primera deflagración tuvo lugar a las 13.22 horas y la segunda a las 13.52 horas. Los dos artefactos estaban situados a ambos lados de la carretera N-1370, a la altura del kilómetro 51,450, a un kilómetro aproximadamente de la frontera con el país galo.
El lugar donde se produjeron estas deflagraciones es muy cercano al lugar en el que ETA atentó el 13 de noviembre de 2004, colocando dos artefactos explosivos en el refugio militar que se encuentra también en la carretera NA-1370, en lo alto del puerto de Belagua, que une el Valle del Roncal con Francia.
Los autores del atentado forzaron la valla que rodea el cuartel y colocaron un artefacto en un depósito de gas en desuso y el otro, a unos veinte metros del anterior, cerca de una puerta de entrada a las dependencias militares. El cabo y los tres soldados del Ejército de Tierra que formaban la guarnición del cuartel no sufrieron heridas.
La última aparición de ETA en Navarra había sido también muy cerca de otra carretera, el 9 de marzo de 2006, cuando hizo estallar en la carretera N-111 a la altura de Viana un artefacto que tampoco causó heridos. Este atentado coincidió con una huelga general que había convocado para ese día Batasuna.
Las últimas víctimas mortales que dejó ETA en Navarra fueron los policías nacionales Julián Embid y Bonifacio Martín, asesinados en Sangüesa con una bomba lapa el 30 de mayo de 2003.Tras este asesinato, en los últimos años la banda terrorista ha perpetrado en Navarra diversos atentados con coches bomba y otros artefactos explosivos.
Dos discotecas destruidas
En concreto, el 21 de diciembre de 2005 ETA atentó contra la discoteca Bordatxo de la localidad de Santesteban, que quedó destrozada tras una deflagración de una furgoneta bomba que contenía alrededor de 50 kilos de explosivo.
Apenas dos meses después, el 14 de febrero de 2006, ETA hizo estallar otra furgoneta bomba que destruyó la discoteca La Nuba, ubicada en el paso fronteriza de Dantxarinea. La carga utilizada fue muy similar a la utilizada contra la Bordatxo, también de unos 50 kilos de explosivo.
Estos dos ataques fueron interpretados como amenaza contra los empresarios que no accedieran al pago del llamado 'impuesto revolucionario'. Incluso durante el periodo de alto el fuego permanente, la banda terrorista siguió enviando cartas de extorsión a los empresarios navarros.
Además de la amenaza a sector empresarial, ETA colocó antes del alto el fuego diversos artefactos explosivos en Navarra, como el que estalló en la oficina de Correos de Alsasua el 6 de diciembre de 2005 o el que estalló en el Juzgado de Paz de Berriozar el 25 de octubre de 2005, en ambos casos sin que se registraran heridos.
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