Sedependencia

No se crea que me resulta fácil abordar un asunto doblemente millonario como éste; podría no tocarlo y hacer como la mayoría autocomplaciente después de su asistencia al cabildo, es decir restregarle al resto del país una convocatoria colosal y un “tatequieto” al que quiera meterse con nosotros.

A mí me ha quedado, sin embargo, una sensación más bien triste; creo que hemos asistido a la confesión de nuestra sededepencia y, al revelarla nos hemos hecho doblemente débiles: implícitamente le hemos dicho al mundo –porque una concentración tan descomunal es noticia mundial– que sin la sede no somos nada, que sin ella no existimos (al estilo de las baladas más ordinarias), que aparte de la radicatoria de los poderes Ejecutivo y Legislativo no tenemos gran cosa más que ofrecer. Lo más burdo de todo esto es que sabemos que no es así pero aparecemos como unos vulgares aprovechados –los dos millones– de la circunstancia de tener a la mano las oficinas del poder central, como negándonos a nosotros mismos la condición de seres productivos. Resulta que todo lo que hemos logrado como sociedad paceña deriva exclusivamente del hecho de albergar los ambientes de la burocracia nacional.

Creo firmemente que tan masiva reunión, como lo fue la del cabildo, era digna de mejor causa. ¿Por qué no hicimos este cabildo cuando empresas tradicionalmente manejadas desde La Paz comenzaron a llevarse sus gerencias nacionales –y en más de un caso las propias fábricas– a Santa Cruz y consiguientemente las oportunidades y los ingresos por impuestos que generan? ¿Qué hicieron el Alcalde o los parlamentarios paceños? Nada. ¿Cuántos años de impuestos deben al municipio de La Paz los inmuebles del Estado?

Y mientras la verdadera economía sigue huyendo despavorida de la inestable Chuquiago Marka y en otros lados es recibida con los brazos abiertos, los paceños nos aferramos a lo que nos pueda gotear por concepto de “sede”. ¿No es ésta una manifestación de resignación?

Si hasta hace una semana nadie podía endilgarnos a los paceños la cualidad de sededependientes, con los discursos y las expresiones de sus concurrentes, el cabildo de El Alto dio lugar a ello. Pero la foto quedó preciosa, ¿No 
 

Correo Electrónico [email protected]