ETA cotiza a la baja

El atentado de Durango es una respuesta desesperada de ETA para tratar de demostrar que está viva. Lo hace desde la Unidad de Cuidados Intensivos. Está acorralada por los servicios de inteligencia de España y Francia y es solo cuestión de tiempo su desarticulación si se consigue que la unidad política en España contra ella le deje sin expectativas de futuro.

   El PP ha reaccionado ante este atentado con un carroñerismo previsible. Pretenden trasladar al Gobierno la responsabilidad de la acción de ETA en una ecuación que no tiene crédito: el Gobierno pudo equivocarse en la gestión del proceso de paz pero es una deuda cancelada: nadie con sentido de la mesura puede dudar de la voluntad política del Gobierno en los momentos actuales para perseguir a los terroristas.

   Las manifestaciones realizadas por dirigentes del Partido Popular después de este atentado demuestran que no han cambiado de discurso político ni de estrategia. Pudiera decirse que están a la espera de una catástrofe para pretender rédito político suficiente para poder ganar las elecciones.

   La indignación es un motor político que puede permitir una victoria pero sus causas tienen que ser claras, nítidas, para que los ciudadanos se movilicen. No se dan ahora mismo las condiciones y la actitud del PP puede ser un boomerang que se vuelva contra ellos porque el dolor de una acción de ETA será difícil de manipular hacia el Gobierno.

   ETA cotiza a la baja en el mercado de valores políticos para utilizar contra el Gobierno entre otras cosas porque Otegi y De Juana Chaos están en la cárcel y no hay semana que no sea detenido un terrorista de ETA con las manos en la masa. Si el PP sigue utilizando el terrorismo como arma política lo hace desde la desesperación de notener otro discurso. Así no se ganan unas elecciones.