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Comienza el curso urbano

lunes 03 de septiembre de 2007, 11:11h

Primer día laborable de septiembre, primer día del nuevo curso urbano. Regresan los políticos con el sol playero pegado a su piel y con las pilas de largo duración cargadas, porque este curso es también electoral; elecciones generales para el mes de marzo, por lo tanto, a partir de ahora todo los que se haga, se diga y se prometa será en clave de oportunismo político. Vuelven los conductores madrileños a reencontrarse con los atascos, que siguen esperando donde siempre y como siempre, y con las obras de nunca acabar, en una ciudad dinámica que permanentemente está abierta en carnes, viejas obras como la del intercambiador de Moncloa, las de RENFE, en la Puerta del Sol, o las nuevas en la mediana de la calle de Alcalá, amén de otras menos de entidad.

Vuelven los madrileños con la pereza de las vacaciones agotadas, para incorporarse de nuevo al trabajo. Vuelven a sus labores los expertos en psicología moderna para darnos el tostón hablando del síndrome postvacacional, que de ser la típica pereza de toda la vida a la hora de volver al curro, se ha convertido en una especie de enfermedad de los nuevos tiempos, como se llama absentismo escolar a lo que siempre han sido novillos.

Y es que las perezas no vienen solas, porque si hay un síndrome auténtico, real y tangible es el que experimentan las familias cuando se acaban las vacaciones escolares y hay que volver al cole, pero cargados de libros y material, con uniforme nuevo, chándal y mochila de diseño. Y aquí es donde se descompone la tregua veraniega, donde se rompe el presupuesto y llegan los duelos y quebrantos, las quejas y lamentos por el gasto de los libros, que a nadie alegra, de lo que todos se duelen, y es que gastar en libros parece que escuece más que en diciembre gastar la misma o superior cantidad en juguetes. El septiembre, invertir para la vuelta al cole, es llorar; en diciembre, invertir en regalos, es reír.

En fin, que ya estamos casi todos, en una ciudad donde casi todo sigue igual y donde ya quisiéramos que el tráfico no empeorara. Empieza el curso urbano, la semana que viene el escolar y estamos inmerso en el político, donde algunos aprobarán en marzo y otros se llevarán dolorosos suspensos. Lo mejor es aplicarse desde el principio.

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