Marín pide que nadie siga bloqueando la reforma del Reglamento del Congreso

   Tras dos semanas de contactos bilaterales con los grupos parlamentarios, Marín volvió a plantear en la Junta de Portavoces reimpulsar la reforma reglamentaria separando por un lado el texto articulado del Reglamento, que tendría rango de ley, y por otro unas normas de funcionamiento para ordenar la actividad cotidiana de la Cámara y que recogerían aspectos como el uso de las lenguas.

   Según explicó, "todos" los partidos habían aceptado sacar la cuestión lingüística de la proposición de Reglamento, si bien admitió que las formaciones minoritarias como ERC exigieron que las normas de funcionamiento se pusieran en práctica al mismo tiempo que la reforma reglamentaria.

   El presidente del Congreso considera no tiene sentido no sacar adelante la reforma dado que hay acuerdo prácticamente en el 99 por ciento del texto, que es beneficioso para el primer partido de la oposición y para las minorías.

   Además, sostiene que la cuestión lingüística es un "problema superado" y, para corroborar su afirmación, señaló que los Parlamentos y gobiernos autonómicos de Cataluña, País Vasco y Galicia ya dirigen escritos bilingües a la Cámara, con texto en castellano y en sus respetivas lenguas cooficiales.

   Tras afirmar que la cuestión lingüística ya no se puede utilizar como "pretexto", animó a las formaciones minoritarias a facilitar la toma en consideración por el Pleno de la proposición de ley del Reglamento. "Es momento de tomar una decisión, porque el trabajo que se ha hecho es honesto", proclamó.

   Marín responsabilizó en especial a ERC de "utilizar" el uso de las lenguas cooficiales para "sacar rédito"  "No se puede tomar como rehén el Parlamento español -enfatizó-. No se puede entrar en el camino de las subastas, para pedir en Madrid lo que no piden sus respectivos Parlamentos".

   Según añadió, si se quiere cambiar el sistema e ir más allá en el uso de las lenguas cooficiales en las instituciones del Estado, "lo constitucional" es aprobar una Ley de Lenguas, tal y como incluye en su programa de gobierno el nuevo tripartito catalán.

   En este contexto, y tras rechazar las afirmaciones del portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, acerca de que ha "tirado la toalla" con este asunto, instó nuevamente a los partidos del arco parlamentario a hacer un "esfuerzo" para superar la "coyuntura política" y sacar adelante la reforma. "Es la cuarta vez en esta legislatura que lo planteo", aseveró.

   Dicho esto, anunció que remitirá una carta a los portavoces parlamentarios instándoles a buscar el consenso. Paralelamente, enviará otra misiva a todos los diputados para informales de la situación.

   "Toda la modernización y el dinero que nos estamos gastando para seguir trabajando con un corsé que lleva a unos índices de apreciación ciudadana bastante bajos", lamentó, para defender la necesidad de tener un nuevo Reglamento que permita recuperar la confianza de los ciudadanos en el Parlamento.

   Según el calendario que baraja Marín, si el debate de toma en consideración se produce en febrero, la proposición de Ley sobre la reforma del Reglamento pasaría a la fase de ponencia -a puerta cerrada- y después a la comisión correspondiente. Su pretensión es que la nueva norma entre en vigor en la próxima legislatura.