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Sospechosos

Sospechosos

domingo 09 de septiembre de 2007, 13:45h
Resulta que los McCann, ese matrimonio británico aparentemente tan perfecto, tan sufrido, que tanto nos ha hecho llorar y que ha conseguido que todos los padres del mundo occidental tengan supervigiladas a su hijas pequeñas día y noche, pudieron ser lo autores, directos o indirectos, de la muerte de Madeleine y los culpables de su desaparición. Así lo cree la policía portuguesa, que dicen está a punto de decretar su procesamiento y que de momento les considera sospechosos. Pero, aunque no tengan que pagar por ello, también son sospechosos de una conducta por lo menos indecentes los medios de comunicación. En este caso, los británicos, aunque los españoles no estamos como para tirar contra ellos la primera piedra. Esos medios que, en lugar de investigar lo ocurrido en el apartamento turístico del Algarbe, se han dedicado a explotar el morbo que produce la desaparición de una niña de tres años entre un público alarmado, y con razón, por el creciente número de casos de pequeños asesinados por sus violadores o, casi peor aún, abducidos para formar parte de bandas dedicadas a la explotación del sexo infantil.

   Si los McCann son, como parece, unos redomados actores que han llegado a representar su falsa tragedia hasta delante del mismísimo Papa, ello se ha debido al papel de la prensa sensacionalista inglesa que ha enviado a docenas, cientos, de reporteros al Algarbe en los últimos meses con el solo objeto de colocarse ante una cámara a tratar de provocar sentimientos de rabia y dolor, a ser posible acompañados de lágrimas, de los ciudadanos a los que se suponía que tenían el deber de informar. Periódicos y televisiones han pagado a los padres de Madeleine fuertes sumas de dinero para que relataran en primera persona su tragedia, han costeado su página web, han publicitado gratis a las organizaciones que se han dedicado a recaudar fondos para que el supuestamente sufrido matrimonio buscara a su desaparecida hija. Y nunca en estos meses ninguno de esos medios ha cuestionado la versión 'oficial' de los McCann o ha buscado testimonios de las personas que se encontraban con ellos mientras la niña desapareció. Incluso cuando la policía portuguesa filtró sus primeras sospechas contra la inocencia de los padres, los medios británicos fueron unánimes en cuestionar...a la policía portuguesa.

   Ahora, cuando la versión de los periodistas se viene abajo, comenzamos a saber 'detalles' como que los McCann dejaron solos en su apartamento a sus tres hijos de tres y dos años para cenar con unos amigos en un restaurante cercano en el que los ocho comensales se bebieron 14 botellas de vino; o que, una vez que Kate, la madre, dio la voz de alarma sobre la desaparición de la niña, no quiso que los vecinos llamaran a la policía hasta que ella lo hizo una hora después del hallazgo; o, lo que es peor, que el abuelo de la criatura reconoce que la madre tenía por costumbre ocasional drogar a sus niños para dejarles solos cuando salía a cenar con su marido. Con esto, y las pruebas de sangre de Madeleine en el coche de los McCann, no es de extrañar que la policía portuguesa les considere sospechosos. Lo sospechoso es que los medios de comunicación hayan ocultado la verdad obedeciendo a esa máxima del mal periodista que proclama: "Nunca dejes que la realidad te destroce un buen reportaje".

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