Una huelga política

Porque si bien la movilización está amparada por el PSOE y va dirigida contra el gobierno de Esperanza Aguirre (PP), no es menos cierto que desde que la Comunidad se ha hecho cargo de la red de hospitales la Sanidad pública se ha deteriorado, a beneficio de la privada.

Aguirre no ha abierto ni un sólo centro hospitalario público, sino que se ha dedicado a hacer juegos malavares para poner los nuevos hospitales que debieran ser 'públicos' en manos privadas, enm m anos de empresas 'disfrazadas' de 'fundaciones'. Y ahí están los resultados: las quejas se multiplican en esos nuevos hospitales, como el de Getafe, Fuenlabrada o Móstoles...

Uno de los ejemplos más claros de cómo conciben Aguirre y su consejero del ramo, Manuel Lamela (que, por cierto, es abogado, no médico, y ya ha demostrado de lo que es capaz con el escándalo del hospital de Leganés) es la Fundación Jiménez Díaz. Esta sí que era, en tiempos, una fundación privada. Y funcionaba. Funcionaba tan bien que era ejemplar y los mejores cuadros facultativos se han formado y han ejercido en este hospital, también conocido como de Nuestra Señora de la Concepción, durante décadas.

La Fundación Jiménez Díaz mereció los honores de un acuerdo especial con el INSALUD, según el cual podía funcionar como hospital público a requerimiento de la Seguridad Social, y durante años lo ha hecho sin el menor problema. Pero la competencia sanitaria fue transferida a la Comunidad de Madrid: llegó Aguirre y no dió el dinero que debía de haber dado a la Jiménez Díaz por su trabajo para la red pública. Y provocó una asfixia económica que estuvo a punto de acabar con el cierre de la otrora prestigiosa institución.

Además de Aguirre, llegó una muiltinacional estadounidense que se hizo con parte del capital del patronato; externalizó los servicios más rentables y dejó a la Fundación los trabajos menos lucrativos. Resultado: hoy la Fundación Jiménez Díaz funciona como puede, da menos servicios, o los da más tarde y, en ocasiones, los da peor, aunque en ella sigan trabajando profesionales de gran talla. Así funciona la sanidad, según Esperanza Aguirre y Manuel Lamela.

La huelga de hoy y mañana es una huelga política, sí. Pero motivos no faltan para hacerla. Hay que defender la sanidad pública. La privada, gestionada por empresas, sólo tiene un afán: el de lucro. Si no, no serían empresas quienes entrasen en el sector, sino ONG o instituciones benéficas. Y aquí, en el sector privado, el único beneficio es el que se busca para los gestores. Y si, de paso, curan a enfermos, pues muy bien. Pero éste no es el modelo que quieren y necesitan los madrileños.