Suspendidos

   Sí, sí, suspendidos los dos principales partidos, PSOE y PP, que no han sido capaces, en varios lustros, de lograr un pacto de Estado sobre Educación. Este cambio permanente de planes de estudio, estas reformas de leyes de Educación cada vez que se produce la alternancia en el poder nos ha llevado al puesto veintiséis en el informe de la OCDE. Por detrás sólo quedan Turquía, Portugal y México. Es decir, un puesto de vergüenza. Además, el organismo internacional avisa de que el actual modelo educativo sólo sirve para los más preparados, los que tiene una familia que les apoya y estimula en su formación, los demás o fracasan o abandonan.

   Ante este panorama desolador el secretario general de Educación, Alejandro Tiana, decidió mirar el vaso medio lleno y dijo que vamos en la buena dirección. ¡Menos mal! Porque los datos lo que indican es que vamos al precipicio. A lo mejor estaba pensando en la nueva medida que se les ha ocurrido a los responsables de su Ministerio de rebajar el número de asignaturas suspendidas para poder pasar de curso en secundaria. Ante el fracaso escolar y para que no dejen las aulas se es más tolerante con los cates. Pan para hoy y hambre para mañana porque el problema se traslada a la enseñanza universitaria.

   Si, además de los cambios constantes de planes de estudio, leemos con detenimiento los datos que facilita la OCDE sobre inversión del Estado en la enseñanza se empieza a entender el ominoso puesto que ocupamos, con veintiséis países desarrollados que nos superan en el número de universitarios. En concreto España dedicó a la educación en 2004 un 4,7% del PIB, un punto por debajo de la media del conjunto y lo que es peor lo mismo que en el año 2000; e incluso menos que en 1995. Así como vamos a tener una enseñanza de calidad.

   La escuela pública, esa que fue maltratada por los gobiernos del PP en beneficio de la concertada, no ha recibido en estos años del Ejecutivo de Zapatero el respaldo que necesitaba. No se ha impartido a los profesores de primaria los necesarios cursos para saber abordar unas clases donde empiezan a ser mayoría los niños hijos de inmigrantes, no se ha reforzado la autoridad de los docentes en las aulas y, sobre todo, no se ha tenido el valor de obligar a los centros concertados a aceptar un mayor cupo de escolares de otras nacionalidades, a pesar de la subvención que reciben de los presupuestos del Estado. Que no digan que las cosas van bien porque no lo ven así ni lo padres, ni los docentes, ni los informes internacionales.