Primera reunión de tanteo hacia el diálogo

En la reunión, solicitada por EEUU y celebrada en la sede de la Cancillería venezolana, participaron el ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, y el embajador estadounidense William Brownfield.

"Fue un encuentro franco, muy claro, cordial y positivo que abre la posibilidad para desarrollar un nuevo diálogo sobre la base del respeto mutuo y la verdad", dijo Maduro a la prensa al finalizar la reunión.

El ministro venezolano se mostró receloso ante la viabilidad del mecanismo elegido, pero se mostró dispuesto a seguir y a no desaprovechar la ocasión.

"Tenemos suficientes razones para desconfiar del gobierno de EEUU, pero también tenemos la madurez para sentaros a dialogar de manera respetuosa y con la verdad, para buscar mecanismos de diálogo", expresó Maduro.

El canciller venezolano dijo que el problema va más allá del caso venezolano y precisó que de lo que se trata es de que "EEUU acepte los nuevos liderazgos de cambio en el continente y se establezca un nuevo marco de relaciones en base a la igualdad y al respeto".

Explicó que las últimas declaraciones de funcionarios de alto nivel de EEUU son alentadoras porque reconocen que "Venezuela no es una amenaza para la región y que la reelección del presidente Hugo Chávez es positiva".

Maduro señaló que la próxima reunión de esta naturaleza podría celebrarse en enero para tratar asuntos más concretos.

Entre esos asuntos citó el de las "inmediatas" extradiciones de dos militares venezolanos acusados de colocar bombas en sedes diplomáticas de Colombia y España, que se encuentran en Florida, y del anticastrista Luis Posada Carriles, acusado de planear la voladura de un avión cubano en 1976, en el que murieron 73 personas.

"Avanzaremos con pies de plomo pero con buena voluntad", advirtió el canciller venezolano.

Igualmente, dijo que solicitó a Brownfield que "cesen la guerra política contra Venezuela y contra Chávez y los intentos por revertir el proceso de cambios emprendido por los venezolanos".

Brownfield reconoció, por su parte, que se trata de un "comienzo" e hizo votos para que durante 2007 se registren "progresos".

"Ojalá que este primer paso produzca un diálogo positivo y productivo el año que viene", dijo el embajador estadounidense, cuyo traslado a otro destino ya está decidido, según fuentes oficiales venezolanas.

"Les puedo prometer que el gobierno de EEUU tiene interés en resolver algunas de las diferencias entre los dos países y en hacer progresos durante el año que viene", insistió el diplomático.

Brownfield dijo que se presentarán dos vías de avance, una la de "un mejor entendimiento" en el plano político, y la otra la de progresar en asuntos concretos como los de "la energía, el comercio y la lucha contra la delincuencia".

El embajador recomendó no forzar el ritmo de este proceso y no tratar de resolver todos los problemas de golpe.

"Hay que caminar antes de correr. Vamos a empezar paso a paso y ojalá que la próxima vez podamos hablar de algunos resultados concretos", agregó.

Venezuela y Estados Unidos han mantenido unas complicadas relaciones diplomáticas desde la llegada al poder de Chávez, en 1999, salpicadas de amenazas de ruptura que no han llegado a materializarse.

A pesar de ello, Venezuela ha seguido suministrando un promedio de 1,4 millones de barriles diarios de crudo a EEUU y se ha mantenido un vigoroso intercambio comercial bilateral que en 2006 podría superar los 50.000 millones de dólares, según cálculos estadounidenses.