Correa va en busca de un masivo respaldo popular

Más de 9,3 millones de ecuatorianos podrán votar este domingo en el país y el exterior, en los comicios considerados los más complejos de la historia republicana de Ecuador, ya que deberán elegir 130 delegados constituyentes entre una oferta de 4.226 candidatos que representan a 497 partidos o movimientos.

Será la cuarta vez que el país vaya a elecciones generales en menos de un año, ya que se votó en la primera y segunda vuelta presidencial, y en el referéndum de abril en el que el oficialismo obtuvo un respaldo del 82 por ciento de los sufragios a favor de avanzar en la vigésima reforma de la Constitución.

En un enfrentamiento abierto con todos los partidos de la oposición, Correa decidió volver a jugar a todo o nada al solicitar a los votantes su respaldo para obtener la mayoría absoluta que le permita manejar la Asamblea, o, de lo contrario, daría un paso al costado en la Presidencia de la Nación.

El modelo institucional que plantea el oficialismo, más allá de la prédica del "socialismo del siglo XXI" -que en muchas oportunidades se presenta todavía difuso-, apunta en uno de sus puntos centrales disminuir el peso político del Congreso limitando sus funciones a la tarea legislativa y anulando su poder de remoción del presidente y de los principales tribunales judiciales y de contralor.

Correa prometió que si gana el oficialismo la nueva Asamblea Constituyente disolverá el Parlamento y nombrará a una comisión legislativa que tenga la representación de los comicios de mañana, una medida resistida por todo el arco opositor que teme el avance irresistible del presidente sobre las instituciones.

Las reformas también avanzarían, con un triunfo de Correa, hacia una mayor regulación de la economía de mercado, de los sectores bancarios y financieros, de las telecomunicaciones, la energía, e incluso los medios de comunicación, ya que se promoverá la prohibición de que los grandes grupos económicos sean propietarios de diarios y canales, como ocurre hoy.

La nueva Constitución, promete el oficialismo, será el fin del neoliberalismo, aunque Correa ya anticipó que mantendrá el dólar como moneda única, y el fin de la "partidocracia", a la que endilga los males de la sociedad ecuatoriana de las últimas décadas.

El gobierno estará representado por el oficialista Movimiento País, lista 35, que postula como principal candidato a Alberto Acosta -hermano del presidente del TSE, Jorge Acosta-, y espera obtener una mayoría propia en la conformación de la Asamblea, de modo de avanzar en las reformas sin necesidad de alianzas.

A pesar de la prédica contra los partidos tradicionales, Alianza País llega a la elección con el respaldo del Partido Socialista Ecuatoriano (PSE), Izquierda Democrática (ID), Partido Rodolsista Ecuatoriano (PRE), y Movimiento Unidad Plurinacional Pachakutik (MUPP), entre otros movimientos menores.

Según las encuestas previas, que dejaron de difundirse hace 15 días, los candidatos de los partidos Sociedad Patriótica, que postula en la lista 3 a Gilmar Gutiérrez, hermano del ex presidente Lucio Gutiérrez, y Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN) que candidatea en la lista 7 al magnate Alvaro Noboa, son quienes podrían disputar la primera minoría.

Más de 300 observadores participarán de los comicios, como parte de las misiones de la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea, el Centro Carter, y la local organización no gubernamental Participación Ciudadana, que también realizará un conteo rápido autorizado por el Tribunal Supremo Electoral.

Las cifras que Participación Ciudadana ofrezca mañana horas después del cierre de la votación, en un denominado conteo rápido, serán las más cercanas a las que el TSE ofrezca en forma oficial con, según se anticipa, con varias horas y días de demora, por la dificultad que presenta el sistema.

También fueron finalmente autorizadas, tras una prohibición fugaz del TSE, los resultados a boca de urna, que consultoras privadas o los mismos partidos podrán realizar durante la jornada y difundir dos horas después de cerrada la elección, aunque ya se sabe que varios medios las revelarán minutos después de las 17.

Las boletas de casi 90 centímetros de ancho contienen el nombre y la foto de cada uno de los candidatos, a la par de las cuales el elector debe realizar una marca -un total de 24 en el caso de las listas nacionales-, a lo que se suma lo propio de las listas provinciales, por lo que se estima generará demoras en el cuarto oscuro y en el conteo.

Correa pretende con la reforma encaminar y superar las crisis institucionales que se sucedieron en la última década: desde la elección en 1998 de Jamil Mahuad, quien impuso la adopción del dólar como moneda nacional, el país vivió el golpe de enero de 2000 que encabezó Gustavo Noboa, y a la elección en 2002 de Lucio Gutiérrez.

El ex coronel, uno de los partícipes del golpe de 2000, fue destituido por el Congreso en abril de 2005, y su lugar lo ocupó el vicepresidente Alfredo Palacio, hasta el triunfo de Correa en segunda vuelta y con el 56 por ciento de los votos sobre el empresario Noboa.