El anunciado cierre de La Monumental de Barcelona

Este fin de semana, y también sucederá el lunes, los toros habrán sido noticia e información "extrataurina" por razón del adiós de la Plaza Monumental de la Ciudad Condal. Ya este sábado los acontecimientos han merecido abundantísimas atenciones, y las atenciones seguirán puestas en la corrida de este domingo y en su desenlace. Cuentan algunos cronistas que, a la entrada de la Monumental de Barcelona en su penúltima representación, este sábado, se producía la guerra dialéctica de siempre entre taurinos, miles de ellos con pancarta, y unos pocos antitaurinos. Tras la corrida, los tres toreros, Morante de la Puebla, El Juli y José María Manzanares, a hombros no solo cruzaron la Puerta Grande, sino que recorrieron cientos de metros por la Gran Vía de la ciudad catalana hasta el hotel.

Otra crónica retrospectiva rememora que el Archivo General de la Corona de Aragón señala 1387, bajo el reinado de Joan I, como el primer año de espectáculos de toros en Cataluña y, concretamente en Barcelona. Acaban, por tanto, 624 años de festejos taurinos, aunque la historia de la tauromaquia continuará. "Nos iremos a Valencia, a Zaragoza, a Francia", se consuela el director de la Escuela Taurina de Cataluña. Sus 11 alumnos, que martes y jueves aprenden en un descampado de L'Hospitalet, en condiciones precarias, ya están acostumbrados a emigrar. "La pena para un torero de la tierra es no actuar en la Monumental, pero prácticas no les faltan". Como antaño los toreros franceses emigraban a España, hoy es al revés: estos 11 chavales se desplazan con frecuencia al sur de Francia, a plazas bien conocidas por lo aficionados, como Arlés...La familia catalana Balañá también se ha quedado sin plazas. Hace medio siglo gestionaba la mitad de las españolas. Suele afirmarse que las pasiones no se prohíben, simplemente se pierden. En algunos casos, unas circunstancias negativas las suelen acrecentar e impulsar, contra todo pronóstico. En otras ocasiones, sencillamente, van desapareciendo y muriendo por faltarles los mínimos impulsos y alientos. Este es el caso que se vislumbra en Cataluña, donde paradójicamente, y tras la decisión del Parlamentar de Cataluña, los toros no serán espectáculo de las plazas de toros, sino en las calles de muchas localidades que subvencionan estas costumbres en sus fiestas locales: los correbous, los embolats...

Lo cierto es que habrían sido pocos los indiferentes ante este "cierre final" obligado por ley que se produce en la Plaza de Toros barcelonesa. A unos los entristece y a otros los alientan estos últimos toros muertos en Barcelona, que han forzado a que se empleen las más bellas palabras, libertad por ejemplo, para tomar partido por o contra "la fiesta". "Clamor por la libertad", ha señalado el pie de foto de la portada de La Razón. En la portada de La Gaceta se habla, a su vez, de "rebelión en la Monumental". La Vanguardia relata que cuando empezó el paseíllo, un rumor de fervor recorrió el coso, con aplausos y gritos de Libertad, libertad, agitar de senyeres y banderas españolas con un toro en el centro... "Los taurinos habrán visto un animal que muere en liturgia de triunfo, y los proteccionistas verán la infamia de una tortura", resume el cronista. Uno de los toreros que este domingo "cierran" la Monumental, critica la abolición y sostiene, desde la portada de ABC, que a los antitaurinos del Parlament "les molesta todo lo que huele a España". Es otro modo de ver las cosas...

La brutalidad de la muerte de un toro, lo que huele a España, las tradiciones que dejan de serlo por imperativo legal. Un debate inacabable.


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