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Rogelio Pérez-Bustamante

Europa y la Hidra de Lerna

Europa y la Hidra de Lerna

martes 18 de octubre de 2011, 17:06h
La Hidra de Lerna era un antiguo y despiadado monstruo acuático con forma de serpiente policéfala cuyo número de cabezas va desde 3, 5 o 9 hasta 100 e incluso 10.000, y aliento venenoso, a la que Hércules mató en el segundo de sus doce trabajos.  Pudiera decirse que, al menos, la crisis económica y financiera de la Unión Europea tiene, sobretodo, dos cabezas; la crisis financiera de los Estados con una  fuerte deuda soberana y la crisis de las instituciones financiera. Realmente la crisis financiera está todavía instalada con generalidad en la mayor parte de las economías domésticas.
A la crisis financiera motivada por la deuda de los Estados se acaba de poner un cortafuegos con el compromiso constitucional de reducción del déficit público y la situación es tan grave que para cumplir la nueva normativa en materia de presupuestos nacionales, techos de déficit y criterios de competitividad se viene planteando la creación de un Ministro para el Euro, tal y como han realizado los Países Bajos con el inmediato apoyo de Alemania. El saneamiento público de los Estados de la Unión será duro y largo, quizás una década y, desde luego, se plantea desde una nueva gobernanza económica, política y ética. Merkel, Sarkozy, Van Rompuy y todos y cada uno de los líderes de los Estados de la Unión lo tienen claro.

De la crisis de las Instituciones financieras todavía no sabemos el necesario detalle, quizá sea mejor, pero sí constatamos que es la fuente de preocupación más importante en estos días en los que nuevamente la crisis del banco franco-belga Dexia ha puesto de manifiesto la debilidad de las instituciones financieras ante la exposición interior y exterior, la primera efectivamente ligada a la crisis hipotecaria, un fenómeno verdaderamente monstruoso, y la segunda vinculada a la exposición de la banca a la deuda soberana propia y ajena. Los monstruos parecen ser los propios políticos responsables.

Cierto es que la Unión Europea articuló una gran reforma de la supervisión europea mediante la creación de una de las tres autoridades de supervisión microprudencial, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) que infortunadamente no se ha lucido tampoco en el reciente test de estrés porque sabemos, y Dexia, en caída libre con una pérdida trimestral de más de 4000 millones de euros, es un ejemplo ya que su quiebra amenaza a todo el sector bancario europeo, que su formulación actual no permite conocer la situación de cada banco, ante lo cual la Autoridad Bancaria está analizando país por país, cuanto capital necesitarán los bancos en el caso de la quita de la deuda de Grecia, que según parece va camino del 60% y por la tanto esta cantidad la dejarán de cobrar los bancos acreedores, que verán convertidos en papel mojado sus títulos.

Lo cierto es que la crisis financiera viene atacando durísimamente estos últimos días; La agencia Fitch rebajó el viernes la calificación de Italia y España y Moody's hizo lo propio con 12 bancos de Reino Unido, teniendo que salir en defensa de las instituciones financieras el Ministro de Finanzas George Osborne y apuntándose que el Royal Bank of Scotland (RBS) puede precisar de nuevo una inyección de dinero estatal, también Moody's rebajó el viernes 7 de octubre en uno o dos escalones a 9 entidades financieras en Portugal, concretamente por su exposición a la deuda soberana lusa y la presión a la que se ven sometidos para conseguir liquidez. Pero la presión, sobretodo, parece venir de Francia hacia Alemania y de ambas por su exposición a la deuda griega, lo que ha motivado la Cumbre Merkel-Sarkozy en Berlín con el objetivo principal de lograr un acuerdo sobre la capitalización de los bancos europeos.

Esta cuestión parece esencial. No se saldrá de la crisis sin realizar un esfuerzo para Europa similar al que los Estados Unidos han hecho con respecto a su sistema financiero. Previamente a la reunión con Merkel, Sarkozy se ha reunido ayer sábado con Christine Lagarde, partidaria de una urgente recapitalización de los bancos europeos, cuya necesidad se sitúa ya por encima de los 200.000 millones de euros. La idea es perfilar un mecanismo que permita aportar fondos públicos a la banca privada y convencer a Alemania de que es urgente porque el mercado no puede ni va a acudir al rescate y es absolutamente necesario inyectar capital a la banca para evitar una auténtica debacle. La propia Angela Merkel concluyó, tras comparecer con el Presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, que "hay una constatación común de que los bancos no están suficientemente capitalizados" y que "Alemania está preparada para avanzar hacia la recapitalización."

Los bancos europeos y sobretodo, los bancos de riesgo sistémico, no pueden tener un horizonte de ventas rápidas de activos sanos o de liquidación ordenada y son ahora víctimas no sólo de la crisis hipotecaria sino también de haber posibilitado un juego financiero del que se han aprovechado Estados, regiones, provincias y ayuntamientos. La recapitalización bancaria en todo caso es tan necesaria como urgente, para evitar que las agencias sigan ofreciendo pruebas del deterioro de la fortaleza del sistema bancario. Otra cosa es lo que luego suceda con aquellas instituciones financieras realmente débiles, sobreexpuestas y sin ninguna posibilidad de futuro. La reestructuración financiera en Europa también será profunda y larga. La reunión de hoy en Berlín pone de nuevo sobre la mesa esta urgente recapitalización de la banca que haga frente a la inmisericorde y agresiva actuación de las agencias de calificación, bajando el nivel de presión que impide la propia recuperación financiera y económica de Europa. Otra cosa será que, saneada la banca sistémica, se llegue a una moratoria hipotecaria y se actúe en favor de los desprotegidos ciudadanos que cada vez en mayor medida pierden sus hogares por no poder hacer frente a sus deudas.
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