www.diariocritico.com
La nueva gerontocracia

La nueva gerontocracia

miércoles 26 de octubre de 2011, 18:41h
Llevo en esto del periodismo político la friolera de tres décadas, desde que comencé, allá por el año 1983 en ABC de Sevilla entrevistando al entonces presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla. A finales de los años ochenta del pasado siglo, el entonces vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, defenestró a Borbolla, primero del partido y después de la Junta, por evidentes diferencias en la concepción del partido. Ya entonces, Guerra había encabezado la candidatura socialista por Sevilla en alguna ocasión. Hoy, treinta años después, Alfonso Guerra sigue siendo el número uno de la lista del PSOE al Congreso por Sevilla. Uno se pregunta si no es demasiado tiempo, si en Sevilla no han surgido políticos que sean capaces de relevar a unos dinosaurios cuya figura se nos antoja arcana. En treinta años han cambiado mucho las cosas, las estrategias y los españoles. Lo que parece seguir inalterable son algunos políticos que continúan agarrándose al puesto como si en ello les fuera la vida.

En la campaña para las elecciones generales del 20-N el PSOE no sólo ha recuperado a Alfonso Guerra, sino también a Felipe González, a Manuel Chaves, a aquellos "jóvenes sevillanos" de la famosa "foto de la tortilla" que fundaron el nuevo PSOE de Suresnes de 1974. Claro, aquellos "jovenes sevillanos" que tanto prometían entonces, son ahora unos carcamales setentones de padre y muy señor mío, no solo curtidos en mil batallas políticas, sino "quemados" por su excesivo tiempo viviendo de ésta. Y ahí siguen. Como Alfredo Pérez Rubalcaba, liderando a un PSOE que no ha querido o no ha sabido buscar relevos y, cuando los ha buscado, y ahí está el paradigmático ejemplo de José Luis Rodríguez Zapatero, han resultado absolutamente desastrosos para ellos y para todos los españoles. No es de extrañar que, a falta de pan buenas sean tortas o, lo que afirma otro refrán español, "más vale malo conocido..." Algunos dirán que en el PP pasa algo parecido. No les falta razón si nos atenemos a algunos líderes que, como el propio Javier Arenas o Mariano Rajoy,  llevan en el cargo si no tanto como Guerra, sí más de veinte años.

En el fondo hay que reconocer que una de las maniobras más difíciles de afrontar en el seno de las fuerzas políticas es el relevo generacional que, se quiera o no, casi siempre es algo traumático. Quizás sea esa la razón profunda por la que los socialistas han vuelto a apostar por otro dinosaurio como Alfredo Pérez Rubalcaba o, en el caso andaluz, por José Antonio Griñán, otro que tampoco es que sea nuevo en esta plaza . La vieja guardia socialista trata de recuperar un espacio, unas formas y un tiempo que ha dilapidado estúpidamente Zapatero en menos de cuatro años. Difícil lo tienen y sería conveniente que fuesen buscando nuevos relevos que devolvieran a la gente la ilusión perdida. Creo que tanto el PSOE como el PP son en estos graves momentos que atravesamos, fundamentales para sacar al país adelante. No en vano agrupan entre ambos a casi veinte de los treinta y cuatro millones de votantes que componen el censo electoral de España. Y si ellos no lo logran, más les valdría disolver sus partidos.

Es lo que tiene esto de la memoria histórica, que uno como espectador privilegiado, ve pasar los años, los gobiernos y a algunos líderes, pero observa que siempre hay quien se niega a bajarse del carro y, un año y otro, continúa repitiendo las mismas promesas, los mismo tópicos y las mismas sandeces que en 1980. Hace unos días asistí a una conferencia que daba en Sevilla el ex vicepresidente del Gobierno y ex vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra como, otra vez más,  cabeza de la candidatura socialista. "España en la encrucijada", se titulaba. Tenía curiosidad por ver al "Canijo" y escuchar su siempre marcada ironía sevillana, su mordaz dialéctica demagógica, incluso por observar si su mente crítica tenía alguna nueva idea para salir de esta "encrucijada". Pero el tiempo no pasa en balde. Iluso de mí. Guerra se ha atemperado con los años y decepcionó a la audiencia. No utilizó ni a los descamisados ni atacó a los señoritos, no habló de los terratenientes ni de la derechona y, pese a que su presentadora, la joven secretaria de Organización del PSOE andaluz de Griñán, Susana Díaz, recordó aquel viejo grito de guerra mitinero de "Alfonso, dales caña", apenas si aludió de pasada a su enemigo íntimo, Javier Arenas al que siempre tenía en su punto de mira en los actos en Sevilla. Tampoco, como era de esperar, aportó solución alguna para salir de la crisis. Por estar moderado, ni tan siquiera se atrevió a atacar a la Banca. Decepcionante. Tanto, que sus fieles seguidores, que aún hay alguno que continúa tras su estela, no ocultaban su desencanto. Claro que tampoco ellos, el que menos con más de sesenta años, están como para mcuhos trotes. Es lo que hay. Carpe diem. Aunque a alguno más le valdría haberse jubilado hace ya unos años.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
1 comentarios