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Resúmen económico de una legislatura que acaba: 'sin noticias del empleo'

Resúmen económico de una legislatura que acaba: 'sin noticias del empleo'

jueves 27 de octubre de 2011, 20:08h
Año 2004. José Luis Rodríguez Zapatero 'hereda' en su primera legislatura un país en plena fiesta del boom inmobiliario, con un importante endeudamiento público y privado que alimentaba la factura del 'ladrillo', pero con una tasa de desempleo todavía poco inquietante y situada en el 11%, y en el que se habían elevado los patrimonios de los españoles gracias al crédito sin límite y la subida del valor de los activos inmobiliarios. España tenía casi 19 millones de ocupados y exactamente la mitad de desempleados que en 2011, y estaba dedicada casi en exclusiva a la construcción.

Con este panorama, la primera tarea era la de aumentar los ingresos fiscales y las cotizaciones a la Seguridad Social, porque ciertos indicadores comenzaban a avisar del cansancio del modelo productivo basado en la construcción. El primer Gobierno Zapatero optó así por la regularización de inmigrantes (de febrero a mayo de 2005). El Gobierno, con Jesús Caldera al frente de Trabajo, dio papeles a 580.000 inmigrantes tras acreditar que llevaban seis meses en España, carecían de antecedentes penales y -esta era la novedad- tenían un contrato de trabajo. La medida, positiva por cuanto incrementaba la base de cotizantes,se ha relevado a posteriori un problema en cuanto al coste de asistencia sanitaria y de subsidios de desempleo.

Hasta marzo de 2008, su segunda legislatura, Zapatero no lleva a cabo ninguna medida más relacionada con el empleo o la reforma del mercado de trabajo. Es el momento de la luna de miel con los sindicatos y de los descensos de la tasa de desempleo: del 9,2 en 2005; 8,5% en 2006 y del 8,3% en 2007, según datos del INE.La reforma fiscal de marzo de 2006, en vigor desde 2007 y con las reticencias del ministro de Economía Pedro Solbes, incluyó un IRPF más bajo y algo menos progresivo, más deducciones personales y familiares y la primera rebaja del Impuesto de Sociedades de la democracia, todo para incrementar la renta disponible de las familias y el gasto. Este año es el momento glorioso de la era Zapatero: el PIB llegó a crecer un 4% y el desempleo estaba en su cota mínima. Su equipo económico pasaba por alto el creciente endeudamiento exterior de la economía para seguir financiado los gastos de autonomías, ayuntamientos y Gobierno central, aunque bien es cierto que el resto de Europa andaba en lo mismo.

El presidente del Gobierno, a pesar de 'vender' la necesidad de modernizar la economía española (lo que luego sería su plan estrella del modelo de la economía sostenible) y evitar la dependencia del sector de la construcción, anuncia ayudas a la vivienda en septiembre de 2007 que retroalimentan el modelo, y el gasto público,con el famoso cheque-bebé: 2.500 euros para las madres de niños nacidos a partir de ese mes (que no fue eliminado hasta 2010,pese a encontrarnos ya inmersos de lleno en la crisis desde 2008).


... Y llegó la crisis financiera mundial

En julio de 2007, la crisis financiera mundial estalla, a partir de la intervención por parte del Gobierno de Estados Unidos de las financieras hipotecarias y el descubrimiento de una nueva ingeniería financiera: los instrumentos de inversión con garantías en las hipotecas subprime. Los llamados derivados tóxicos  no son más que vehículos de inversión financiera, cuyas carteras están basados en activos con garantías hipotecarias que tienen un alto riesgo de impago por insolvencias. La generalización de los mercados electrónicos (un fenómeno cuya implicación no ha sido aún suficientemente estudiada) contribuyó a la extensión por todos los mercados financieros de la comercialización de estos productos, y por ende, a su contagio.

¿Pero cómo nos afecta a nosotros? La consecuencia inmediata es la entrada en volatilidad de las bolsas mundiales, y la puesta en vigilancia de todos los países con una gran dependencia inmobiliaria (el propio Estados Unidos,Irlanda,Grecia,España,Italia). Esta vigilancia nos toca de lleno, y además afecta a nuestros bancos y a la calificación de nuestro riesgo país, la famosa prima de riesgo, con lo que la credibilidad de la economía española se deteriora. En paralelo, el crecimiento de la economía ya había empezado a mostrar el cansancio propio del modelo basado en la venta de viviendas y el turismo, porque Francia, Reino Unido y Alemania, nuestros principales mercados, ya estaban en recesión.


Segunda legislatura

En marzo de 2008, ZP vuelve a ganar las elecciones negando que hay crisis,a pesar de que España había crecido un 3,6& en 2007 frente al 4% de 2006, y que el primer trimestre de 2008 se salda con un bajón del PIB. España entra en recesión oficial el 28 de enero de 2009, al sufrir el PIB dos caídas trimestrales consecutivas, pero que la economía no 'tiraba' fue evidente mucho antes. En 2008, la tasa de desempleo fue del 11,3% y el PIB cayó hasta el 0,9%. Las estructuras productivas creadas para crecer al 4% no soportaban estos índices de crecimiento. Había que recortar gasto y las empresas empiezan a despedir empleados y a eliminar gasto corriente. Y ahí comienzan los problemas de Zapatero y los reproches a su evidente falta de visión y toma de decisiones en lo económico.Todo 2008 es una travesía en el desierto en lo referente a actuaciones laborales, con un Gobierno que se limita a observar cómo se hunde el empleo y a subvencionar gasto como la desgravación de los 400 euros, o los planes E de obras públicas.


Lehman Brothers quebró y los mercados de financiación exterior se cerraron

En julio de 2008, con unos mercados financieros enrarecidos,Estados Unidos fuerza la quiebra de la firma de inversión Lehman Brothers y y el pánico bursátil estalla. El interbancario, -es decir el mercado donde se prestan entre sí los bancos- se cierra, y todos los países dependientes de la financiación exterior, tiemblan, España entre ellos. El contagio de la crisis financiera a la economía real, es decir la productiva, la que se basa en la actividad empresarial,es evidente.

En España, el origen de esta caída de la economía es una combinación de problemas estructuras propios de la economía española y también por la fuerte influencia externa de la crisis mundial de liquidez. En la parte doméstica destacan principalmente el exagerado peso del sector de la construcción en el PIB y la burbuja inmobiliaria que explota finalmente entre el año 2007 y 2008, y la baja productividad y competitividad española debido en gran medida al limitado I+D+i y relativamente bajo uso de tecnología de punta en comparación con otros países avanzados. Zapatero no sólo negó la crisis, retrasando la toma de decisiones, sino que realimentó la misma al optar por las políticas de gasto para incentivar el consumo y las subvenciones públicas a la inversión, siempre en ladrillo. El modelo de Roosevelt en la Gran Depresión norteamericana, pero mal aplicado y con el descabellado sistema autonómico como coladero sin fin de gastos.

Nos ponemos en 2009: España ya tiene una tasa de desempleo del 18% y el PIB ha caído, hasta el -3,7%!. Zapatero ya no niega la crisis, pero estamos en la época de los mensajes de una corta duración y de recuperación del pleno empleo. Entonces, con la abstención de todas las comunidades gobernadas por el PP, el Consejo de Política Fiscal y Autonómica aprobó el nuevo modelo de financiación autonómica. La reforma de la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas llegó en diciembre de 2009. El resultado, más dinero para todas -11.000 millones más en tres años.

Zapatero sigue sin aplicar políticas de empleo, cuyo descalabro vuelve a evidenciar lo evidente: un paro juvenil desmesurado (España tiene la mayor tasa de desempleados europea en este segmento) y un problema estructural, porque la economía se basa en el modelo intensivo de mano de obra barata en dos sectores, construcción y turismo. España es ya un país caro en salarios frente a otras economías y sufre el problema de la deslocalización de empresas, que toca de lleno al automóvil y el textil.


En 2010, España asume la intervención económica de Bruselas

Tras un mes de marzo en el que los tambores de un plan de rescate para España sonaron con insistencia, Zapatero se resigna, obligado por Bruselas y Estados Unidos (aquella llamada del presidente Obama), a coger el toro por los cuernos y asumir que hay que hacer reformas. Es cuando se aprueba la reforma laboral (8-9-2010), una de las leyes más polémicas de las dos legislaturas de Zapatero porque implica un abaratamiento del despido. Y lo que es más grave, por la falta de colaboración de sindicatos y patronal y de sentido de Estado de estos ante una de las más graves crisis españolas: se ha perdido una oportunidad histórica para emprender de verdad una reforma que sentara la bases para una economía menos dependiente del ladrillo, y de generar confianza en la imagen de unidad del país. Los cambios en el sector han servido únicamente para que se pague menos por indemnizaciones, y se tramiten con mayor rapidez los expedientes de regulación de empleo, amén de extender hasta el infinito (30 años) el aprendizaje.

Para finalizar, una de las promesas estrella de Zapatero fue una Ley de Economía Sostenible que iba a dar lugar a "un nuevo modelo productivo" que sustituyera al del ladrillo. Pero la ley, aprobada el pasado febrero, no plantea ningún cambio radical; es más conocida por una disposición adicional incorporada a última hora que no tiene que ver con la economía: la llamada Ley Sinde, que persigue las descargas ilegales de contenidos en Internet.

¿El colofón de su despedida en 2011? El paro alcanza la cifra récord de 4.910.200 personas (dato de 29-4-2011). Y la agencia de calificación financiera Standard & Poor's Ratings Services justifica el descenso en octubre de la calificación de la deuda española entre otras cosas, en que la reforma laboral inacabada contribuye al elevado desempleo, además de prever que este seguirá siendo un lastre para la recuperación económica.
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