¿Qué hacemos con Papanatas Tontopoulos? De verdad lo
pregunto y se admiten sugerencias.
Este tipo llegó a la presidencia
del gobierno heleno porque era la única alternativa a los conservadores que, en
connivencia con Goldman Sachs y los
especuladores nacionales, hundieron el país y certificaron que solo tenía un
resfriado cuando lo que padece es una neumonía infecciosa con nivel de pandemia.
El resto de Europa decidimos
tragarnos su porquería y todavía no sé muy bien por qué. Nos mintieron.
Maquillaron la contabilidad nacional en forma tan pestilente que nos pareció que
lo mejor era taparse la nariz, y fue exactamente lo que hicimos.
Sus ricachos y estafadores de
alto copete han expatriado 300.000 millones de euros en los últimos 36 meses -¡sinvergüenzas: mientras nosotros les prestamos 200.000 millones y les
perdonamos la mitad!-, siguen siendo el país con los funcionarios mejor pagados
de toda la UE en términos relativos y siguen siendo el país que menos impuestos
paga, que más defrauda, en el que se han pagado 8.000 millones de euros a
pensionistas ¡muertos! y en el que hay más Porsches que contribuyentes
declarando ingresar más de 50.000 euros/año. ¡Venga ya!
Con todos mis respetos, con toda
la elegancia de la que puedo ser capaz cuando me están pateando los testículos
con una prima a 386 puntos y un interés de 5,6% en vísperas de Navidad y con más
de 20.000 millones en deuda aún por colocar hasta enero, con toda la comprensión
que puedo tener para con los que empiezan a ser los causantes directos de los
desempleados de mi país, es hora de mandarles al carajo. Es una sinvergonzonería
que este presidente felón se presente hace cuatro días en la reunión de
Eurogobiernos en la que le perdonamos 100.000 millones de euros (20.000 euros
para cada uno de nuestros 5 millones de parados) y no diga ni Pamplona acerca
del referéndum. Es obvio que sabía que, de haberlo dicho, no le habríamos
perdonado un céntimo ni habríamos extendido las ayudas. Es obvio que nos ha
engañado con premeditación, con alevosía y con helenidad.
De los 100.000 millones que les
hemos perdonado, 26.000 nos tocan a España. Ahí están mis escritos anteriores
para mostrar que nunca he defendido a mis connacionales como gestores o como
empresarios, al contrario, "nos" he dado leña aquí, allá y acullá porque
tendemos a hacernos trampas al solitario con demasiada frecuencia. Sin embargo,
ahora me siento como el alguacil alguacilado al ver que los tíos más
zarrapastrosos, araneros y gandules de Europa nos han levantado hasta la
camisa.
Por supuesto, hay solución: lo
más probable es que antes del viernes 5 de Noviembre este imbécil haya dimitido
como presidente del gobierno, las elecciones generales se adelanten y el
referéndum se diluya en la inercia del tiempo. El problema es que MF Global ya
ha caído por su culpa y que el próximo gobierno de España tiene desde ya un
margen de maniobra todavía más pequeño de lo que teníamos sin el concurso de
este fullero al que únicamente ha guiado su interés personal al convocar este
plebiscito.
Hoy me tocaba analizar el
programa del PP y tengo mediada la columna sobre el asunto, pero se ha cruzado
en el camino, con el poder endemoniado de un loco, el político más irresponsable
de occidente. Supongo que es fácil y hasta lacrimógeno el argumento falaz de
consultar al pueblo, pero su obligación era avisarnos antes de que le
regaláramos la pasta y antes de que cayera MFG y antes de que se rebajara la
deuda de nuestra banca y antes de que se amenazara con rebajar las deudas
francesa y alemana. Hacerlo a posteriori et a fortiori no es más que demagogia
barata.
Ya solo queda esperar que Merkel y Sarkozy lo echen de la UE con cajas
destempladas, que los suyos le destituyan y todo esto nos haya costado "solo"
los más de 280.000.000.000 de euros que se han ido hoy por el sumidero bursátil
del planeta. Si no es así, si se mantiene el memócrata en su poltrona, si el
parlamento griego no le echa motu proprio antes del viernes y sigue en pie el
plebiscito, lo mejor que podemos hacer los demás, Estados Unidos incluido, es
expulsarles del orbe y que el llanto y el crujir de dientes sea solo para ellos.
Grecia es amiga, pero más amiga
es la verdad. Lo dijo Aristóteles,
un griego auténtico.