www.diariocritico.com
Pedagogía y demagogia

Pedagogía y demagogia

sábado 12 de noviembre de 2011, 19:05h
He asistido recientemente a sendas conferencias de los dos números uno de las candidaturas del PSOE y del PP por Sevilla al Congreso de los Diputados en las elecciones del próximo 20-N, ya saben, Alfonso Guerra y Cristóbal Montoro. Ambas han tenido lugar en el mismo lugar, el Club Antares de Sevilla. Curiosamente ninguno de los dos hablaba en sus charlas sobre los problemas de Sevilla como hubiese sido lo lógico, los dos debatían sobre el futuro de España como si fuesen los mismísimos candidatos a la Presidencia del Gobierno. Ambos han ocupado importantes puestos en el Gobierno de la nación bajo las Presidencias de Felipe González y José María Aznar, respectivamente, aunque mientras el primero hace tiempo que dice estar retirado de la política, el segundo parece contar con numerosas papeletas para volver a ser una pieza fundamental del Ejecutivo de Mariano Rajoy. No es esa la única diferencia.
Ni su preparación, ni su origen ni su forma de ser ni sus discursos en el fondo y en la forma tienen nada que ver el uno con el otro. Guerra, todos lo sabemos, es un típico sevillano ácido, irónico, populista y demagogo, le gusta la poesía y el teatro y dice ser experto en Antonio Machado. Montoro es un jiennense comedido, discreto, realista y pedagogo, doctor en Economía y catedrático de Hacienda Pública, es todo un experto en ella. El primero tuvo que dejar el cargo por los excesos de su hermano en Andalucía; el segundo realizó una gestión magistral en el Ministerio de Hacienda colocando, junto a Rodrigo Rato, la Economía española a la cabeza del Europa. El discurso del primero, enervante y muchas veces disparatado, llega al corazón de las masas; el del segundo, argumentado y profesoral, va directamente a la mente de los oyentes. La diferencia como ven es abismal. Uno da titulares a los medios y el otro puede llegar a aburrir a las ovejas. La clave, sin embargo, hay que buscarla en lo que de verdad nos conviene e importa a los españoles en estos difíciles momentos: más pedagogía y menos demagogia. Más soluciones realistas y menos palabrería vacía de contenido.
Y es que uno está bastante harto de políticos que se preocupan más de la forma que del fondo. El ejemplo de José Luis Rodríguez Zapatero ha sido paradigmático y los españoles lo vamos a seguir sufriendo durante muchos años. Necesitamos menos charlatanes de feria y más personas dispuestas a poner las cartas sobre la mesa para acabar con una errática gestión que nos ha conducido directamente al caos y a la bancarrota. Es curioso, pero mientras Alfonso Guerra sigue esgrimiendo los fantasmas de la derecha más cavernícola, olvidando que el Ejecutivo al que él perteneció llevó a España a una corrupción institucional que aún se recuerda y a unas cifras de paro casi similares a las actuales, se dedique ahora a meterse con la única jueza que se atreve investigar el escándalo de los expedientes de regulación de empleo irregulares subvencionados por la Junta de Andalucía bajo el mandato de Manuel Chaves. Alguien debería de recordarle a Alfonso Guerra que no es el político más adecuado para dar lecciones de honradez y honorabilidad. Alguien debería de recordarle a las dos estrellas de esta campaña, Felipe González y Alfonso Guerra, lo de los "cafelitos" en la Torre Sur de la Plaza de España, lo de los Gal, lo de Filesa, lo de Mariano Rubio, lo de Luis Roldán, incluso lo del caso Ollero, lo de Costa Doñana y lo de los EREs fraudulentos. Ya está bien de demagogias para engañar a incautos. Dejemos que la Justicia haga su labor sin meterla, como quiere Alfonso Guerra con su antigua y obsoleta demagogia, en la campaña electoral.
A todos, y quizás a unos más que a otros, nos convendría olvidarnos del pasado y poner nuestro objetivo en el futuro para sacarnos del pozo en el que nos encontramos. Ese debería de ser el único gran objetivo de esta campaña electoral que afronta su últimas días. Lo demás, las tonterías y gracietas de Guerra y sus acólitos y correveidiles solo sirven para agradar a los oídos agradecidos que siguen creyéndose a pies juntillas el cuento de todas las campañas de que la derecha va a acabar con las pensiones, con el PER, con la escuela y la sanidad pública, con el seguro de desempleo, Cuando, hasta ahora, los únicos que han estado a punto de cargarse la sociedad del bienestar con sus políticas de despilfarro púbico, ya lo hemos comprobado en los últimos cuatro años, ha sido el partido del señor Rodríguez Zapatero, del señor Rubalcaba, del señor Guerra, del señor González, del señor Griñán, el Partido Socialista Obrero Español. ¿O no es la pura verdad?
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios