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EREs tú...

EREs tú...

martes 06 de diciembre de 2011, 17:54h
Dice el famoso adaggio jurídico aquello de "exculpatio non petita, acusatio manifesta", o sea que cuando uno niega la mayor sin que nadie le haya acusado, da a enterder que hay algo que teme. Le ha pasado al compañero Pepe Griñán con la jueza Mercedes Alaya, aunque ésta no le haya acusado todavía de nada en el turbio asunto de los EREs fraudulentos en los que la Junta ha dilapidado millones de euros en beneficio de unos cuantos socialistas en paro, Griñán ya ha puesto pie en pared y tras confesar en "la suya" (Canal Sur) que "no hay nada en absoluto que pueda imputárseme", se ha autoexculpado antes que nadie le inculpe. Traquilo, presidente, que todo se andará, demos tiempo al tiempo. Bueno, ya veremos si acaba o no acaba imputado. Eso lo tendrá que decidir la jueza Alaya cuando siga escalando peldaños en esa pirámide de la corrupción que tanto juego está dando y llegue hasta la cima. Y que nadie dude que lo va a seguir haciendo, caiga quien caiga.

Es curioso, pero en este turbio asunto hay muchos que se temen lo peor y están tratando de poner en juego diversas estrategias a fin de salvar los muebles. Por un lado, los "griñaninis", ta saben , Mario Jiménez y Susana Díaz, acusan a la jueza de estar de acuerdo con el PP en su estrategia de acoso a Griñán. Por otro, la Junta se autoconvierte en parte de la acusación para desviar el caso hacia unos derroteros ya conocidos e impedir que la investigación judicial llegue a la cúspide de la pirámide. Pienso que todas estas maniobras, por más cancha que se le dé en Canal Sur, no le van a servir de mucho porque la juez va a seguir su inexorable  línea, diga lo que diga el PSOE e imputará a quien tenga que imputar, se apellide Viera, Fernández o Griñán o a todos ellos si llega el caso.

Hace unos días, en Cádiz, durante el Congreso de Periodismo Iberoamericano que organizó Diariocrítico, cené en El Faro en una mesa en la que estaban, entre otros, los periodistas Fernando Jáuregui, Pepe Oneto y Fernando Orgambides, el ex presidente de Bolivia, Jaime Paz Zamora, y el presidente de la Audiencia Nacional, Angel Juanes. Su jefa de prensa, sentada a mi lado, tenía la curiosidad periodística de saber algo más sobre la jueza Mercedes Alaya -una completa desconocida en los círculos madrileños de poder- y, sabiendo que yo ejercía mi profesión en Sevilla, insistió en conocer detalles sobre su personalidad. No tuve más remedio que acudir a los tópicos que ya se conocen de la magistrada, que es celosa con su vida privada, que es una trabajadora incansable y que no se arredra ante nada por muchas presiones que reciba. Incluso quienes han tratado con ella puedan aportar poco más a estas generalidades que ya han publicado algunos diarios sevillanos. Con estos mimbres, la instrucción que ha estado haciendo tanto del Caso Mercasevilla como de todos los de los EREs fraudulentos que se han derivado del mismo, es absolutamente intachable, diga lo que diga el PSOE.

Es posible que en los próximos meses esta instrucción llegue a la cúspide de la pirámide que adelantaba Alaya. Y también es posible que a escasos días de la celebración de las elecciones andaluzas, la jueza decida imputar, o no, al candidato socialista a la Presidencia de la Junta, José Antonio Griñán. La espada de Damocles pende sobre él por mucho que se empeñe en escapar. Como consejero de Economía del Ejecutivo de Manuel Chaves tuvo mucho que ver con algunos de los famosos EREs fraudulentos. Habrá que estar a la espera de futuros acontecimientos. Ya lo cantaba Mocedades en Eurovisión: "EREs tú..."  
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