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La cumbre comunitaria y el protagonismo de Rajoy

La cumbre comunitaria y el protagonismo de Rajoy

viernes 09 de diciembre de 2011, 08:44h
Los diarios "de papel" quedaron hoy desfasados antes de llegar a los kioskos por razón del desarrollo de la cumbre de la UE iniciada en la cena del jueves. Hacia las cuatro de la mañana, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE  confirmaban algunos de los temores y de las tensiones que ya se habían producido con anterioridad, en particular las amenazas británicas contra la revisión de los Tratados de la Unión. Finalmente, Gran Bretaña, por boca de su primer ministro David Cameron, rompía una unanimidad, y forzaba la modificación de los grandes titulares de los diarios: Los países del euro avanzarán por su cuenta sin el Reino Unido, dice la versión digital de El País, y la de El Mundo:  Cameron rechaza  reformar el Tratado y el acuerdo se limitará a 23 países. A su vez, en ABC se ha corregido la primera información para destacar que al menos 23 países liderarán la reforma del euro sin la presencia de Reino Unido. En La Vanguardia, se señalaba en su portada rectificada que ha quedado confirmada la Europa de dos velocidades, toda vez que Reino Unido ha bloqueado un pacto global en la UE y 23 países harán un nuevo Tratado. Y en El Periódico de Cataluña se destaca en su nueva versión que  el veto británico impide la reforma del Tratado de la UE a 27 países, como pedían Merkel y Sarkozy, pero que los 17 miembros de la eurozona más los otros estados interesados firmarán un tratado de disciplina fiscal...

En realidad, los españoles teníamos tres escenarios que atender en las últimas horas: Primero, la propia cumbre comunitaria, desarrollada en Bruselas, en segundo lugar, las decisiones del Banco Central Europeo, y en tercer lugar, la cumbre del PPE, Partido Popular Europeo, en Marsella, en la que hacía su presentación europea formal el próximo presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.  En el primero de esos escenarios, el principal, Cameron se convertía en "el malo" de la película, al negarse a revisar y reformar el Tratado de la Unión que va a exigir mayor disciplina a los países miembros que lo firmen, que en principio, serán todos los actuales integrantes de la UE, salvo Reino Unido, Hungría, Suecia y la República Checa. Los dos primeros no están interesados, y por tanto,  "se borran del club", aunque no se sabe bien, todavía, en qué condiciones ni circunstancias. En cuanto a los otros dos países de momento autoexcluidos, Suecia y Chequia, deberán consultar a sus correspondientes parlamentos para ver qué actitud adoptar.

En el segundo escenario, el del BCE, Mario Draghi ha vuelto a confirmar buena parte de las esperanzas con las que llegó a la sustitución de Trichet. Si en su primera decisión había rebajado los tipos de interés en un cuartillo, esta vez los ha vuelto a rebajar hasta el uno por ciento. Había otras expectativas sobre lo que podría hacer o no Draghi, y sobre esas especulaciones no ha resultado tan generoso como muchos hubieran querido, como la compra masiva de bonos.

En fin, los españoles teníamos todavía un tercer escenario que atender: el relevo de Zapatero por Rajoy, que tenía, a su vez, dos momentos: la propia cumbre comunitaria, y su anterior cumbre de los "populares" europeos. En esta última, se presentaba "oficialmente" el que será, dentro de unos días, nuevo presidente del gobierno español, y tenía oportunidad de saludar a Merkel, Sarkozy y otra serie de líderes de países europeos. Rajoy, además, hablaba con su antecesor en el cargo, Rodríguez Zapatero, para "coordinar la posición española" en la decisiva cumbre europea que se celebraba en la capital belga. Según fuentes del Gobierno, Zapatero y Rajoy, conversaron sobre los documentos que se barajan para reforzar la disciplina fiscal en la eurozona. Rajoy, en sus  encuentros de Marsella con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, informó a Zapatero de lo tratado en Marsella. El actual inquilino de La Moncloa y su sucesor, han mantenido contactos constantes en los últimos días para consensuar una posición conjunta ante el Consejo Europeo, y coinciden en la necesidad de reformar los tratados para imponer estrictas reglas fiscales a los países de la zona euro y proteger la moneda común. Rajoy había intervenido horas antes ante el Congreso del Partido Popular Europeo, en Marsella, consciente, dijo, de la trascendencia histórica del momento que vivimos. "España es un país clave en el proyecto europeo. Durante el anterior gobierno del Partido Popular, entre 1996 y 2004, demostramos nuestro compromiso con Europa. Afrontamos y resolvimos retos muy difíciles. Entre otros, la incorporación al Euro desde el primer momento, cuando en 1996 no reuníamos ninguno de los requisitos establecidos en el Tratado de Maastricht. En aquellos años no incumplimos ni una sola vez los compromisos asumidos en el marco del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Alentamos el proceso de reformas que contemplaba la Estrategia de Lisboa y logramos bajar a la mitad la tasa de desempleo, equilibrar nuestras cuentas públicas y reducir sensiblemente la deuda soberana. Hoy las cosas son, por desgracia, muy distintas. Ahora nos enfrentamos a nuevos desequilibrios, a nuevos riesgos, a un escenario diferente. Pero, tras las pasadas elecciones legislativas en mi país, tenemos una amplia mayoría parlamentaria y un mandato político claro para responder, sin demora y con garantías, a los retos que nos aguardan. Estoy convencido que vamos a lograr superarlos".

Anunció a continuación que su gobierno tendrá tres líneas de actuación inmediatas e irrenunciables:  Avanzar en la consolidación fiscal y cumplir impecablemente con los objetivos de déficit, absolutamente convencidos de que la estabilidad de la economía y el equilibrio de las cuentas públicas son condiciones necesarias para lograr un desarrollo sostenido y estable, capaz de generar empleo. "Mi gobierno se propone, como primera medida, desarrollar el mandato constitucional recientemente introducido en nuestra Carta Magna, que consagra el equilibrio de las cuentas públicas y hace de la austeridad en la gestión de los recursos públicos una norma de conducta permanente. Segunda línea maestra, reformar y flexibilizar nuestro mercado laboral. Nuestro mercado de trabajo padece rigideces que dificultan la recuperación del empleo para aquellos que lo han perdido y pone trabas a la incorporación de los jóvenes al proceso productivo. Por ello, haremos una profunda reforma de nuestra legislación laboral. En tercer lugar, reestructurar, de manera definitiva, nuestro sistema financiero para restablecer el crédito cuanto antes. España sólo podrá crecer si el crédito vuelve a fluir hacia las familias y las empresas. El Gobierno del Partido Popular se compromete a culminar la reestructuración del sistema financiero español, para desatascar los canales por los que discurre el crédito, reforzando, a la vez, el control y la supervisión de las entidades financieras. Estoy convencido de que nuestros problemas económicos sólo se resolverán si, además, la economía española vuelve a crecer con fuerza. Para eso necesitamos reducir el riesgo de nuestra deuda soberana, acometer reformas estructurales que fomenten tanto el crecimiento como la competitividad, estimular el ahorro y hacer crecer nuestras exportaciones. Esas serán nuestras tareas inmediatas".

Con esa carta de presentación, y esos compromisos, Rajoy recibía la aceptación expresa y la felicitación de sus correligionarios del PP...
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