Los indignados

    Se acerca el fin de año, se hace balance de los doce meses, y 2011 parece haber sido "el año de los que decidieron decir BASTA".  Así se desprende, al menos, de la portada de la revista estadounidense 'Time' que elegido al manifestante como "personaje del año". En ediciones anteriores este honor le era concedido a artistas, políticos o científicos (en 2010 fue Mark Zuckenberg, el mítico creador de Facebook...) que habían contribuido a progreso y a la mejora de la sociedad, pero en esta ocasión quien aparece en la primera página es un joven con el rostro cubierto y que representa la importancia de las protestas de la primavera árabe en Oriente Medio y los movimientos de 'indignados' en Europa y en Estados Unidos. Bajo ese rostro anónimo palpitan los afanes de remodelar la política global y de redefinir el poder popular en que se han hermanado las calles y las plazas de Túnez, El Cairo, Trípoli, Nueva York, Atenas, Londres o Madrid. El editor de la revista..., el máximo responsable de "Time"... ha declarado que el que termina ha sido el año en que "el hombre común se ha levantado" y ha impulsado el cambio de una manera "profundamente nueva", y que también se relaciona con movimientos como el de los ocupantes de Wall Street en Estados Unidos o las recientes protestas contra el primer ministro ruso, Vladimir Putin, en Moscú.

    Este reconocimiento a los héroes anónimos debería incluir, desde una perspectiva española, a los 12 millones de compatriotas nuestros (digo bien: 12 millones, más del 25 por ciento de nuestra población) que subsisten bajo mínimos: unos diez millones en una situación de "pobreza relativa" (con unos 500 euros al mes), y dos millones en "pobreza severa", con ingresos  mensuales de unos 300 euros. Y, además, según señala la "Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España", la situación que se avecina para el cercano 2012 es "tremendamente grave", por lo que hacen un llamamiento a las Administraciones sobre la necesidad de invertir y no sólo de hacer recortes en el gasto. Y, además,  las organizaciones humanitarias que trabajan en España a favor de los excluidos han tenido que hacer esfuerzos 'extras', agotar sus escasas reservas, sacar dinero de debajo de las piedras, en un intento desesperado por atenuar el zarpazo cruel de la pobreza.

    Pero no nos dejemos abatir por el pesimismo y, aún mirando a la triste realidad cara a cara, soñemos con que el próximo año, en la portada de la revista 'Time' aparezca el rostro del próximo presidente de España, de Mariano Rajoy, o de algún compatriota que padecía la exclusión social y que ha salido de ese infierno. Serían rostros descubiertos, a la luz del día, y que fueron capaces de enmendar los renglones torcidos de la Historia... Ojalá que dentro de un año lo podamos contar.