lunes 19 de diciembre de 2011, 08:11h
"¿Quién va a saber, no ya el contenido, sino incluso la existencia de
tanta y tanta norma jurídica que, como español, le concierne
directamente?"
Todos hemos
crecido con el
viejo aserto, enraizado en las bases del derecho más antiguo, de que el desconocimiento de la
ley no exime de su cumplimiento.
Doctrinalmente hablando, es una afirmación incuestionable. De no ser así,
cualquiera podría escudarse en esa falta de información para
justificar -aún dando por supuesto, la buena voluntad, de por
medio- el haber actuado de una
forma determinada sin saber que chocaba con el infranqueable muro de la ley, que a todos nos
atañe.
El problema, para
el común de los mortales (y, no sé si para bien, o para mal. Excluyo aquí
a todos los profesionales y
funcionarios relacionados con el campo jurídico) es averiguar
como diablos se puede tener idea de un total de 800000 páginas de leyes, reglamentos, órdenes, y demás fórmulas jurídicas que
día a día, semana a semana y mes a mes
se han recogido durante el último año en
España entre el BOE y los distintos boletines
oficiales de las Comunidades Autónomas.
El dato me dejó
helado hace solo unas semanas, en
plena precampaña electoral cuando un
primer espada del Partido Popular , apuntaba el dato en el
transcurso de un almuerzo con directivos
y empresarios, al que -casi por
equivocación- pude asistir. De ser así, y no hay por qué dudarlo, el mejor lector necesitaría varios años para leer a vuelapluma tantas páginas como sus diversas señorías son capaces de generar en el transcurso
de un solo año.
Visado
Si ET,
ya viejo héroe de Spielberg, o cualquier otro ser extraterrestre viniese
a visitarnos, como cultos
terrícolas, depositarios de un
saber milenario y con toda una red
tecnológica al alcance teórico
de los 7000 millones de habitantes de nuestro planeta, se quedaría sorprendido, perplejo, incluso muerto
si, por casualidad, llegase a conocer un pequeño país europeo llamado España y, más aún, si llegase a
procesar en sus circuitos electrónicos el dato que hemos indicado
más arriba. ¿Quién va a saber, no ya el contenido, sino incluso la existencia de
tanta y tanta norma jurídica que, como español, le concierne
directamente? ¿Cómo es posible
generar tan prolija literatura jurídica? Lo mismo es para alejar
u ocultar al común de los administrados mortales el conocimiento de cualquiera de ellas, en lugar de
aclararla y acercarla. Lo siento,
yo dimito, de seguir así, como español.
Va a ser cuestión de investigar a ver si
hay algún país -si me apura, un planeta- que
sea capaz de concentrar en 40 o 50 leyes
claras , concisas y concretas todos los aspectos necesarios para asegurar la convivencia de sus
ciudadanos. Si existe, en un pispás estoy pidiendo un visado para
largarme allí a pasar el resto de
mi vida.
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
1771 | Germán - 20/12/2011 @ 23:49:03 (GMT+1)
Me he quedado helado, sobrecogido y patidifuso con lo que nuestras señorías pergeñan en un año de BOES y demás martingalas.
Un excelente artículo José Miguel
Un abrazo
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