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Garzón o la gravísima situación judicial

Garzón o la gravísima situación judicial

viernes 20 de enero de 2012, 17:44h
El famoso juez Garzón está en el banquillo de los imputados, en su caso por prevaricación, es decir por tomar una resolución a sabiendas que era ilegal, como fue el realizar escuchas en prisión a los presos previamente encarcelados por él, en sus conversaciones profesionales y secretas con  sus abogados, lo que según Rafael de Mendizabal supone una transgresión flagrante de los derechos de los imputados y de desarrollo de sus causas.

Todo esto es conocido y no supone novedad, pues mucho me temo que de haberle encarcelado a él y haberle puesto un grabador en sus conversaciones con su defensor no le hubiera parecido ni medio bien y si este país fuera USA u otro país civilizado hubiera invalidado todo el proceso, y aunque fueran culpables serían puestos en libertad sin cargos pues esa actuación ilegal se carga toda posible intervención del fiscal.

Lo que me preocupa, no es que el Tribunal Supremo, constituida la Sala por siete capacitados magistrados ,después de ser recusados varios por Garzón, tome una decisión u otra, sino que se haya podido llegar a tal situación, propia de una judicatura que se ha politizado por la pérdida de la independencia judicial, casi a todos los niveles, de lo que es la muestra más evidente esa figura de "condottiero" que va por la vida de justiciero, sin respeto a las formas ni a las leyes y que ha hecho bueno el principio de que todo vale si la causa es buena. Naturalmente ¿Quién dice que es buena o es mala? Un juez que a su vez es juez y parte, lo que es del todo inadmisible en un Estado de Derecho.

Naturalmente, la culpa no es solo suya, sino del sistema y del Régimen, puesto que si al Consejo General del poder Judicial lo eligen por cuotas entre los partidos, y lo mismo hacen con el devaluado Tribunal Constitucional, así como también con los fiscales, siempre al servicio del poder, e incluso los magistrados elegidos entre abogados sin oposición pero por meritos (según el que les nombra).

Las leyes son para armonizar la convivencia  aunque no siempre son justas y no se ajustan siempre al derecho. La ley es siempre legal pero no siempre moral. La profesión de juez es una de las más difíciles de llevar a cabo ya que todo juez es un ser humano y está condicionado por el contexto  social, político y cultural del lugar en el que debe aplicar las normas jurídicas, es decir los códigos penales. Y porque del juez depende a veces la vida de un hombre que siga igual o cambie  y como podemos comprobar, ellos no están exentos de errores.

El fundamento de una sociedad en democracia y del estado de Derecho se halla en el principio de igualdad civil; todos deberíamos vivir en una sociedad en democracia, los mismos derechos y oportunidades legales. La justicia es la que debe transformar la sociedad en una mas compensada .pero no necesariamente igualitaria, si ante la ley, no ante la realidad de la vida donde el merito y el esfuerzo deben ser especialmente recompensados.

En 1948, tras la Guerra Mundial, los gobernantes  de las naciones que habían participado en el conflicto bélico decidieron suscribir una Declaración  Universal de Derechos Humanos a la que el juez Garzón pretende adscribirse yendo al Tribunal y Corte de Derechos humanos de Estrasburgo si es condenado. Estos no constituyen una concepción del hombre clausurada, absoluta y única, ni un ordenamiento jurídico sistemático y cerrado. Son un conjunto de exigencias éticas que preceden a todo orden legal de cualquier país. Son un intento de que los seres humanos utilicen  su razón  y su libertad para construir un mundo mejor.

Estos derechos deben ser respetados por todos los seres humanos  y deben ser garantizados por todos los gobiernos. El fundamento filosófico de estos derechos está regido al inicio de la decisión de estos. Todos los gobiernos que firmaron, deben cumplirlos. Pretenden ser universales por lo que son válidos para todos con independencia de su lengua, sexo, religión, etc. No defienden ninguna de las posturas antes ya señaladas y se sitúa entre la Ética y el Derecho. En su grado de cumplimiento o
Incumplimiento se puede observar si un  país es,  democráticamente  justo o injusto.

La pena es que todo el derecho español, se ha basado en el francés y no en los derechos inglés o americano que se fundan más en la Jurisprudencia que en la emisión de Leyes por Parlamentos que como en  el nuestro son 18, y como no tienen mucho que hacer los 17 Parlamentos Autonómicos, se han dedicado a legislar sobre particularidades, a ser posible diferenciales. Tanto es así que para pescar una trucha en un rio español hay 17 leyes distintas, se necesitan 17 licencias diferentes,  a obtener solo en la capital de la Autonomía, con el esperpento de no coincidir las vedas, el numero de moscas de una cuerda, si se puede o no usar cucharilla o cebo natural, si se puede usar potera o no y si los anzuelos deben ser rematados con muerte o sin ella, si se puede o no llevar uno las truchas pescadas o no, su tamaño y peso y diez mil "chorradas más" que dejan de serlo cuando las multas pasan de los mil euros, te pueden decomisar la caña y lo que es aun más divertido ser desterrado del territorio un cierto número de años, eso teniendo en cuenta que además por cada día de pesca hay que pagar una licencia que se consigue por sorteo entre los solicitantes para los tramos de rio acotados. Et. etc. etc.

A Garzón quisiera verle yo pillado, no en el Supremo sino en los juzgados de las 17 Autonomías, sería para reír sino fuera un autentico drama, que es el que sufrimos los ciudadanos españoles, según el territorio en que vivimos, si por azar topamos con la ley. Baste decir que en la Autonomía de Castilla y Leon a los mayores de 65 años les vale la licencia por cinco años, pero solo a los que viven allí, si vas de Madrid para más jorobar hay que sacársela todos los años.

Parece ser que los casos litigiosos en España han aumentado con la Crisis a mas de dos millones y medio, y como aunque tengan ordenador todo debe ir en soporte papel, las audiencias y los juzgados están inundados y los casos se eternizan y la justicia deja de ser justicia, porque cuando llega el veredicto, a lo mejor se han muerto los litigantes, mientras las cárceles están atestadas y los delincuentes normalmente en la calle, en una situación de deterioro de republica sudamericana. No obstante, mientras tengamos el juicio de Garzón en las televisiones, tenemos otro programa "basura" más con el que entretener a los "alienados ciudadanos de esta país, otrora España.

BERNARDO RABASSA ASENJO
PRESIDENTE DE HONOR Y DE RELACIONES EXTERIORES DEL CLUB LIBERAL ESPAÑOL
PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN FIECS"INSTITUTO EUROPEO PARA LA COMUNICACIÓN SOCIAL"

Bernardo Rabassa

Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.

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