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La gran concentración

La gran concentración

viernes 03 de febrero de 2012, 08:56h
De las tres grandes reformas que había que esperar del nuevo Gobierno, ya tenemos el diseño, más o menos completo de una de ellas. La del sector financiero. La exponía el Ministro De Guindos en una comparecencia, que tenía más de conferencia de un alto ejecutivo financiero ante una clase llena de aspirantes a ejecutivos de banca de inversión o altos funcionarios del Estado, que a los ciudadanos que con nuestros impuestos pagamos la cuenta del Estado. Imagino como muchos de los que asistieron a la comparecencia por TV, acabaron por engancharse más al gesto y dotes de dominio del auditorio del Ministro que a aquello que anunciaba. Imposible seguir al Ministro para un ciudadano con conocimientos medios en finanzas, y no precisamente domésticas. ¿Por qué habla así el Ministro De Guindos? ¿A quién se dirige? ¿Por qué tan acelerado? ¿Por qué tan sobrado? No es un político, y déjeme amigo hacer una primera apuesta:  o cambia, o una vez efectuada la reforma, será de los primeros en abandonar el Gabinete de Rajoy.

Pero usted lee esto para saber de que habló el Ministro, y como le va a afectar. Voy a intentar satisfacer su curiosidad.  El Ministro de Guindos quiere sanear lo que pueda del sistema financiero. Sin poner dinero.   Mediante fusiones. Mejor dicho, quiere que se note lo menos posible el dinero que tenemos que poner, el que ya estamos poniendo. ¿Qué no le gusta al Ministro De Guindos que digamos que ponemos dinero? Aceptemos pulpo. ¿Le parece que digamos arriesgando? Aquí ya lo tiene más difícil. Los que nos gobiernan dentro y los que  lo hacen desde fuera llevan mucho tiempo arriesgando nuestro dinero. Pero quieren que no nos demos cuenta y ponen en ello mucho empeño.  Los accionistas de los bancos, también van a poner. Tienen que incrementar las provisiones específicas, es decir, aquellas destinadas a propósitos concretos, y las genéricas, que son las destinadas a cubrir lo que ahora se supone que está bien, pero que puede empeorar.   Unas y otras vendrán de los resultados. De ahí sacarán 35.000 millones. Otros 15.000 millones vendrán del capital, es decir de lo que ya tienen como beneficios obtenidos en el pasado, o de algunos de esos instrumentos de deuda que tan irresponsablemente han comprado muchos pequeños ahorradores que ahora llenan las páginas de los periódicos locales reclamando un dinero que creían invertir seguro. Y todo esto, habrán de hacerlo este año.  ¿Y si no hay resultados, ni capacidad de capital?  Se siente.  A subasta.

Como muchas de las entidades no tienen los recursos suficientes para hacer esto en la parte que les toca, van a tener que entregarse en los brazos de quien si puede. Los más sólidos, los grandes, básicamente tres, BBVA, SCH y La Caixa se disponen a quedarse con lo mejor de lo que queda tras tres años de deterioro irresponsable. En eso tiene razón de quejarse el Ministro De Guindos. Para el monstruo resultante, habrá más tiempo: dos años. El objetivo es la concentración competente. Así lo cree el Ministro De Guindos. Grandes, grandes, muy grandes le gustan al Ministro los bancos. Quizá no tenga otra posibilidad. O quizá no le dejen. O quizá no quiera. Quién sabe.  Parecía que las concentraciones bancarias en EE.UU. habían formado instituciones sistémicas, es decir, de las que si caen, todos muertos. Y sin embargo, nosotros, de cabeza.  Facilidades para la fusión, nada o casi nada para la supervivencia aislada. La gran concentración está en marcha. La garantía para el comprador, es que nosotros, los ciudadanos pagamos la cuenta si lo adquirido no es a gusto del adquirente.

Pero ¿habrá crédito?  Desde luego no lo habrá pronto.  Habrá tanto que depurar en los balances de los nuevos monstruos para hacerlos rentables,  que solo se preocuparán de ello. Bien hace el Ministro en decir que exigirá que los niveles de crédito se mantengan. No sé como va a obligarlos. Habrá despidos, habrá cierres de oficinas,  los contribuyentes arriesgaremos prestando nuestro dinero. Lo que si habrá seguro es un sensible descenso del precio de las viviendas. Eso seguro que lo consigue esta reforma, reordenar un mercado de vivienda absolutamente roto e irregular.

No me pregunte por las obligaciones convertibles contingentes. Ah, ¿qué no sabe lo que son? Pero ¡por favor!... ¡los cocos! ¡Cachiss! Como dice el Ministro cuando la pregunta del periodista es tan obvia que no se puede aguantar, ¡Vamos a ver! Y que conste, pese a lo que pueda parecer, que soy un economista más deguindista que montorista. Con perdón.


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José Manuel Pazos

Analista y consultor

Consejero Delegado del Grupo Omega Financial Partners. Es economista, MBA por la IE Bussiness School y en Estrategia Internacional por la London Business School. Formado en el Chicago Mercantil Exchange, es experto en Options Risk Management por O´Connell & Piper de Chicago. Conferenciante y profesor de derivados financieros y divisas en diversos programas Master. Además, dirige los Comités de Riesgo de compañías de múltiples sectores de actividad, siendo miembro de varios Consejos de Administración. Ha sido contertulio habitual de emisoras de radio, miembro del equipo editorial de diversos diarios

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