Una maratón colapsó Sevilla dejando atrapados a cientos de congresistas en Fibes

Fueron muchos los compromisarios, invitados y periodistas que no lograron llegar a tiempo al Palacio de Congresos al quedar atrapados en sus coches en en taxis en un interminable atasco que sumió a la ciudad durante más de cinco horas. Si a esta maratón sumamos las manifestaciones contra la reforma laboral que se desarrollaron por el centro de Sevilla, el panorama fue de un caos sin precedentes para las cerca de cinco mil personas que se acercaron a Sevilla Este para asistir al pleno de la nueva Ejecutiva Nacional del PP elegida anoche.

¿Cómo es posible que se haya programado una maratón que corta el tráfico en toda Sevilla el día de la clausura del congreso? Era la pregunta que muchos compromisarios del PP se hacían después de aguantar más de una hora en un atasco de tráfico interminable mientras los contadores de los taxis sumaban euros sin parar. Las culpas, naturalmente, iban dirigidas al presidente del XVII Congreso y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, la única mancha en su modélica forma de llevar el congreso. La culpa, sin embargo, no era del alcalde o, mejor dicho, no era sólo del alcalde sino la imprevisión de la mayoría de los asistentes al cónclave popular que ya habían sido avisados de lo que les esperaba si no utilizaban el transporte público para acercarse a la clausura.

Pero es que a la fatídica maratón había que sumarle ayer la manifestación organizada por los sindicatos en todas las capitales españolas para protestar por la reforma laboral. Y aunque en Sevilla ésta no contó con demasiada participación -algo más de dos mil personas- el corte del tráfico por el casco antiguo se sumó al colapso circulatorio del resto de la ciudad. Por ello, a la hora de salir del Palacio de Congresos, en torno a las dos de la tarde, el problema se centraba en buscar un taxi que sacara de la trampa en la que se había convertido Fibes a los más de cuatro mil congresistas, invitados y periodistas que habían reservado plaza en el AVE para su vuelta a casa. Si en circunstancias normales era bastante difícil encontrar taxis, ayer fue prácticamente imposible.

Con esta tesitura, lo que menos preocupaba en la mañana de ayer en el Palacio de Congresos de Sevilla eran las palabras del reelegido sin votos en contra presidente del PP, Mariano Rajoy, ni del presidente regional de los populares andaluces y candidato a la Presidencia de la Junta en las próximas elecciones del 25 de marzo, Javier Arenas. Lo único que rondaba por la cabeza de los asistentes era buscar alguna forma de salir de la ratonera en la que se encontraban. Y es que muchos ignoraban que a escasos cien metros del Palacios de Congresos hay una estación de Renfe en el que un tren de cercanías les hubiese trasladado cómodamente en veinte minutos y por algo más de un euro a los pies del AVE en la Estación de Santa Justa


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