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La otra cara de Josep Antoni Duran Lleida, portavoz de CiU en el Congreso

"En casa siempre me han llamado Pepito"

lunes 12 de marzo de 2012, 19:30h
Es uno de los políticos mejor valorados por la ciudadanía pero pocos conocen en realidad el 'otro yo' del portavoz de CiU, el lado más humano e íntimo. Bien es verdad que hace poco rompió su bien ganada fama de hombre serio, supertrabajador y entregado en cuerpo y alma  únicamente a la política al dejarse fotografiar durante la campaña electoral dándole a la batería, una de sus pasiones 'ocultas', rodeado de jóvenes de su partido. Su sueño de tener una batería propia se lo colmó hace bien poco su mujer, la abogada Marta Coll, con la que comparte tres hijas, aunque tuvo que  esperar a que llegaran las bodas de plata para verlo cumplido. Su afición por la música, que abarca desde el rock a la clásica, le ha llevado también a ser un consumado bailarín pese a que ahora, nos confiesa, "bailo poco".
Durán es aragonés aunque se siente catalán 'casi' al cien por cien. De hecho, nació en Alcampell, un pueblecito de Huesca lindante con Catalunya el 27 de marzo de 1952 en el seno de una familia en la que Duran conoció las estrecheces lógicas de los largos años de posguerra. Él era el mayor de tres hijos, él y dos mujeres con las que se llevaba bastante diferencia de edad. Su madre tenía una tienda en la que se vendía de todo. Y su padre regentaba un cine en el pueblo en el que él ayudaba como acomodador en sus ratos libres. En Alcampell transcurrió su infancia y parte de su adolescencia. Fueron años duros en los que 'Pepito' -"en casa siempre me han llamado Pepito", nos desvela- , se acostumbró a conformarse con lo que hubiera. "Sopa de pan era nuestro desayuno y merendábamos pan con vino y azúcar. Eran nuestros grandes 'manjares'", ironiza el portavoz catalán. Hiciera frío o calor, a diario iba en bicicleta al colegio. El bachillerato lo hizo ya en Balaguer para posteriormente estudiar Derecho en Lleida en donde se instaló en un Colegio Mayor regido por franciscanos aunque su ambición hasta entonces era ser periodista...o músico.
 
La política no entraba en sus planes pese a que el joven Duran leía con avidez todo lo que caía en sus manos ya fueran libros o revistas, entre ellas, Cuadernos para el Diálogo, semanario cultural y político de referencia de los años del franquismo cuyo promotor fue el democristiano Joaquín Ruiz- Giménez. Precisamente al él debe Duran su militancia y posterior afiliación a Unió Democratica. Fue con motivo de una conferencia que iba a protagonizar Ruiz-Giménez en el Colegio Mayor. "El director me pidió que le presentara. A mí me daba un poco de apuro pero acepté. Me puse por primera vez chaqueta y corbata. La policía no nos dejó hacer el acto en el colegio así que lo hicimos en la iglesia. Cuando acabé tenía las orejas coloradas como dos pimientos", recuerda ahora con una sonrisa. A raíz de su intervención, dos de los asistentes al acto le propusieron entrar en Unió Democrática, que lideraba Antón Cañellas. Era el año 1974 y todos los partidos políticos se movían todavía en la clandestinidad. Duran supo bien lo que era eso de visitar la comisaría aunque nunca llegó a estar en la cárcel. "A veces nos pillaban poniendo carteles, nos detenían  y nos multaban", afirma.  
 
En 1976 viaja a Alemania para estudiar Política con la Fundación Konrad Adenauer. Fue entonces cuando en su casa se enteraron de las andanzas de 'Pepito'. "Alguien en el pueblo alertó a mis hermanas de que yo estaba en Alemania y que andaba metido en política. Cuando  regresé a casa di a mis padres explicaciones. Ellos lo acogieron con cierta prudencia pero no se opusieron", relata.
 
A partir de ahí no ha parado. Su trayectoria política es amplia y muy diversa. Comenzó su carrera política ejerciendo el cargo d Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Lleida  (etapa a la que corresponden las fotos)  Dirigió la Unió de Joves en 1977. En 1978 se une al Comitè de Govern. Entre 1982 y 1984  fue  Vicepresidente de la Internacional  Democristiana. De 1986 a 1987 fue diputado en el Congreso por CIU, la coalición electoral que su partido mantiene con Convergència Democrática de Catalunya. En 1987 es elegido Presidente de Unió Democrática de Catalunya (UDC), cargo que mantiene en la actualidad. En 1999 sale elegido Eurodiputado. También fue Consejero de la Gobernación de la Generalitat entre 1999 y 2001, año en el que fue designado Secretario General de CIU, grupo parlamentario del que desde 2004 es su portavoz en el Congreso.
 
 
 "Llevo la vocación política en las venas y estoy en ella por convicción, para servir a la sociedad", afirma muy serio. Porque Duran no es un hombre de sonrisa fácil. Incluso para algunos es una persona más bien seca. No obstante, sus compañeros afirman que con el tiempo ha ido limando esa seriedad de carácter, que no dudan en achacan a su manía por el "perfeccionismo".
 
Lo que si le ha hecho ver las cosas "de otra manera" ha sido los dos grandes sustos que se ha llevado sobre su salud, lo que le ha hecho arrastrar cierta fama de 'hipocondriaco'. Y es que, hace tiempo, Duran fue intervenido de una afección en el corazón y en 2008, en plena campaña electoral, se le detectó un tumor en el pulmón del que fue operado y del que se ha recuperado satisfactoriamente.
 
Le encanta su trabajo y ama la política pero tiene un pacto con su mujer -"con la que me casé siendo ya algo mayor", nos cuenta-  y en casa no se habla de ello. Tampoco le gusta exponer a su familia en actos públicos. Se considera un hombre "moderno", hogareño, quizá porque debido a su trabajo "no he podido disfrutar demasiado de la familia". Dice que colabora en las tareas del hogar "cuando puedo" - rechaza el término "ayudar" porque le parece peyorativo - menos haciendo pinitos en la cocina en la que se mete "poco".  Es de 'buen comer', "soy una persona viajada y pongo pocos 'peros' a la comida. Me gusta casi todo, el pan tumaca con un buen jamón, la pasta el arroz o lo que me pongan". En invierno, se escapa algunos fines de semana a esquiar, deporte que practican otros muchos políticos. Se le considera un hombre elegante, coqueto incluso, que cuida mucho su imagen.
 
Es exigente en el trabajo y asegura que lo que no perdona es "la falta de lealtad". Por eso nunca olvidará un  caso de corrupción que protagonizó hace años uno de sus más fieles colaboradores -del que prefiere omitir el nombre- y que le marcó profundamente. También confiesa que el mayor 'disgusto' o, mejor dicho, "decepción" -matiza- que se ha llevado en su vida política es el no haber podido ser candidato a la Generalitat de Catalunya. "Pujol apostó por Artur Mas y yo no quise plantear conflicto. El disgusto me duró 24 horas porque de inmediato doy mi apoyo total a Mas", explica, para que no queden dudas.
 
Le preguntamos si ha cambiado mucho desde aquellos inicios cuando todavía era 'Pepito' y se aventuró a navegar por las procelosas aguas de la política. Duran asegura que no, que sigue siendo el mismo, manteniendo la misma posición "moderada" de entonces. "Nunca he sido un radical, ni tampoco un revolucionario. Soy un político centrando y firme en mis idea, desde siempre".  También  niega que su verdadera ambición haya sido o sea ser ministro del Gobierno central.  "Eso es una leyenda urbana", aunque es verdad que pudo serlo porque tanto Aznar como Rodríguez Zapatero le ofrecieron una cartera. En ambos casos, - ya se ha visto- Duran dijo que 'no'. De momento, no ha habido una tercera.
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