Floja, muy floja, condena del Papa a la política represiva en Cuba

Que sí, somos conscientes de que la Iglesia católica ha hecho también bastante por influir en la defensa de los Derechos humanos en Cuba, por los presos políticos del régimen castrista. De hecho, desde hace unos años la (presunta) suavización de la política represiva de Raúl Castro ha tenido como meritorio interlocutor a la Iglesia. Pero, pese a ello, se esperaba que el Papa, en su visita a la isla, tuviera un mayor papel político y más valor para condenar la infracción continua de los los Derechos Humanos.

Cuba, más allá de las ideologías, de las críticas de tipo político al color de su régimen, comunista-militarista, no garantiza una democracia y una libre disposición de los derechos ciudadanos a la opinión, expresión o afiliación política. El partido único y la ideología única se imponen por la fuerza y el régimen mantiene a multitud de presos en las cárceles bajo la excusa de que son enemigos de la Revolución, de la patria y del bien de los cubanos. Hoy en día, ya en un avanzado siglo XXI, nadie se cree eso. El Papa Benedicto XVI, suponemos que tampoco. Así que no podemos compartir su tibia postura con los presos durante su visita a Cuba. No nos valen las excusas de que es una visita oficial. El Papa no es sólo un jefe de Estado: es el líder religioso de millones de personas cristianas que piden paz y caridad entre personas. Y eso no es compatible con ser un preso político.

- El Papa le recuerda a Raúl Castro "las justas aspiraciones de todos los cubanos"