El problema es llegar al año que viene
lunes 09 de abril de 2012, 19:31h
Que el mundo está francamente mal, es un hecho; que Europa está aun peor, nadie lo duda y que España ni te cuento, lo vemos cada mes y lo sufrimos cada día. Cuando gobernaba ZP pedíamos, porque eso era lo que se nos exigía, menos optimismo y más medidas y ahora con Rajoy, que nos ofrece medidas y pesimismo/realismo, seguimos cuesta abajo y sin frenos en espera de que el año que viene en vez de pintar bastos, empiece a pintar si no oros, sí al menos un poquito de plata. Pero no es suficiente; el problema ahora mismo es llegar al año que viene, lo difícil va a ser -está siendo- mantenerse a flote en un mar de caídas en picado de todo lo positivo y de subidas vertiginosas de todo lo malo. Estamos a punto de la intervención y eso después de las reformas, la huelga general y la mayoría absoluta. ¿Qué está pasando?
Desde el criterio de alguien que no sabe demasiado de casi nada -yo, sin ir más lejos- confluyen tres elementos que, juntos, son una bomba de relojería; el primero es que la economía europea, obsesionada con el déficit, no sólo no repunta sino que vive una segunda crisis o un rebrote de la primera que no ayuda nada a los países mas débiles como España. El segundo elemento -se pongan como se pongan los socialistas- es que nos engañaron a todos, que ellos se hicieron trampas en su propio solitario -que naturalmente era el de todos nosotros- y amañaron las cuentas y dejaron una herencia real mucho peor de la que anunciaban oficialmente. El tercer elemento -habría más pero no se trata de abrumar al lector- es el impresentable panorama de nuestros partidos, de nuestros sindicatos y de nuestra CEOE que parecen ignorar que el lobo de la intervención está ya ahí o que les importa más el poder que la recta gobernación. Porque no se explica que a estas alturas de fatigas, mientras están sonando todas las alarmas, acercándonos a los seis millones de parados si ellos no lo intentan remediar, sigan discutiendo sobre las rayas rojas, sobre el modelo socialdemócrata o liberal, pactando gobiernos autonómicos o reclamando soberanías. Rajoy recorta sin dar explicaciones, el PSOE se opone a lo que sea, los nacionalistas a lo suyo e IU perdida en reforma agraria del siglo XIX. Tienen vocación de orquesta del Titánic y a mí me daría igual si no fuera porque yo soy uno de los pasajeros y usted otro y nuestras familias el resto.
Miren, es que esto es muy serio y aquí estamos todos dispuestos a sacrificarnos con la condición de que dejen de jugar a la política corta y salven al país. Es que ningún gobierno con mayoría absoluta ha estado tan cuestionado como lo está este de un Rajoy tan valiente como silencioso, tan audaz para unas cosas y tan pacato y ausente para otras y ninguna oposición que lo ha perdido casi todo -incluida Andalucía, por si se les ha olvidado- parece tan dispuesta a todo con tal de hacer tambalear al oponente antes que salvar al país. Aquí el problema se llama estado autonómico que, a fecha de hoy, resulta sencillamente inviable y si no se arregla eso, ya pueden subir el IVA o imponer el copago que no levantaremos cabeza. Y limar ese estado sólo está en manos de un acuerdo entre los dos grandes partidos. No se trata de volver al centralismo sino de imponer el sentido común que se perdió cuando el café para todos y cuando al café se le añadió leche y luego bollos y más tarde mermeladas. No tenemos dinero para semejante banquete y todos lo saben; pero ni unos ni otros se atreven de verdad a buscar soluciones al verdadero problema.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
5365 | Carlos Paredes - 12/04/2012 @ 10:05:27 (GMT+1)
Estimado Andrés:
En economía no sucede nada, si no es porque alguien gana dinero con ello.
No nos centremos sólo en España. España no es más que una víctima más de un problema mayor. No se trata únicamente de las cuestiones que se deciden en suelo patrio (que también), sino muy especialmente de las cuestiones que se deciden en otras plazas como la de Bruselas, la "City" londinense, y especialmente en los merenderos llamados G8... G20, comisión trilateral, club bildelberg y resto de reuniones donde se pacta al más puro estilo "Chonita y Maruja" (con todos mis respetos hacia quienes portan estos nombres) qué hacer con el mundo, como si de un patio de vecinas se tratara.
El problema, es el concubinato de quienes hacen las normas con quienes las disfrutan, que no somos (mucho me temo) ni usted, ni yo, ni quienes nos leen.
Los mismos que hablan de paz se llenan muchas veces los bolsillos vendiendo las armas que se usan para la guerra. Los mismos que hablan de acabar con los "paraísos fiscales" se lucran muchas veces gracias a los mismos.
Como tú, (permíteme el tuteo), no soy experto en prácticamente nada, pero tampoco ciego. Tenemos unas medidas, y unos resultados. Todo parece un sinsentido y contradictorio para el progreso de la mayoría, sin embargo, cobra un enorme sentido, si el objetivo no fuera más que la burda dominación del grueso de la población.
Mi más sincero y atento saludo:
Carlos
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